Al otro lado del mar delira la claridad
y allí estás tú,
precediendo el final de algo que no debió tener comienzo
Al otro lado del mar se ahoga un dios
y tu enmudeces, mariposa helada
y tu agonía es el tiempo que dura esta claridad
Al otro lado del mar hay un flamboyán florecido
del cual mana un ámbar espeso
cuyo olor recuerdo muchas veces
Al otro lado del mar hay una mujer que no esta hecha de tiempo
cuyas entrañas son un núcleo energizado
y por entre sus piernas se desborda el universo
Al otro lado del mar hay una montaña tan alta
y en ella habitan gentes tan antiguas
que ya el oxígeno no huye de sus pulmones
Al otro lado del mar hay un mar de perros realengos
que cojean y gimen
esperando la muerte
Al otro lado del mar está el olvido
la sombra, y la sorpresa
y el mar no apaga sus llamas
Al otro lado del mar esta la niebla con que me amaban
la lengua esponja que me besó
goterea canto y poesía
Al otro lado del mar camina un hombre en un callejón
deslizándose en la oscuridad a tumbos
triste bolero de tiniebla sobre adoquines
Al otro lado del mar hay una piel gastada
una costa irregular de rocas puntiagudas
esculpidas por un mar borracho, callado y olvidado
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