domingo, 25 de diciembre de 2005

Al otro lado del mar delira la claridad

Al otro lado del mar delira la claridad

y allí estás tú,

precediendo el final de algo que no debió tener comienzo


Al otro lado del mar se ahoga un dios

y tu enmudeces, mariposa helada

y tu agonía es el tiempo que dura esta claridad


Al otro lado del mar hay un flamboyán florecido

del cual mana un ámbar espeso

cuyo olor recuerdo muchas veces


Al otro lado del mar hay una mujer que no esta hecha de tiempo

cuyas entrañas son un núcleo energizado

y por entre sus piernas se desborda el universo


Al otro lado del mar hay una montaña tan alta

y en ella habitan gentes tan antiguas

que ya el oxígeno no huye de sus pulmones


Al otro lado del mar hay un mar de perros realengos

que cojean y gimen

esperando la muerte


Al otro lado del mar está el olvido

la sombra, y la sorpresa

y el mar no apaga sus llamas


Al otro lado del mar esta la niebla con que me amaban

la lengua esponja que me besó

goterea canto y poesía


Al otro lado del mar camina un hombre en un callejón

deslizándose en la oscuridad a tumbos

triste bolero de tiniebla sobre adoquines


Al otro lado del mar hay una piel gastada

una costa irregular de rocas puntiagudas

esculpidas por un mar borracho, callado y olvidado

No hay comentarios.:

Publicar un comentario