miércoles, 17 de septiembre de 2008

sobre aquellos que entierran un amor

No me guardes, por que no soy un lápiz,
y si lo fuera, guardarías la herramienta
con la que eres capaz de crear,
poesía, prosa, arte e ingenio

no me entierres, por que no soy un muerto,
y si lo fuera, desafiaría la ciencia,
para despertarte en las noches más frías
buscando respuestas

no me guardes, que no soy una fruta, ni un dulce,
y si lo fuera, sería almíbar,
viscoso, pegajoso, de lento fluir,
sobre tu piel que tiembla

no me escondas, que no soy una imperfección,
sino el dolor más grande,
por que soy el amor que se sufre,
el que arde sobre los labios

no trates de contenerme
los ríos, cuando los detiene el hombre
buscan su ruta en las tormentas,
devastándolo todo

chuvosa

y si pudieras,
deja de lloverme
tan huracanada
por un segundo,
que quiero contemplarte
iluminada por esos rayos
de luz que se cuelan
por entre tus nubes negras
cargadas de corriente