viernes, 18 de junio de 2021

yo te amé

Yo te amé,
y porque te amé,
te mostré mis sueños.

Te entregué mi amor,
mis miedos,
mis noches y días
fueron tuyos,
mis sonrisas y angustias
compartí solo contigo.

Yo te amé,
y por eso te mostré mis deseos,
mi cuerpo desnudo,
te mostré mi secretos,
mi pasado
y mi futuro.

miércoles, 16 de junio de 2021

L'aire

L'aire està estancat,  
moix, 
com la meva ànima. 
 
Ni un núvol hi ha al cel,  
ni una gota de pluja caurà, 
 doncs m'han nascut totes. 
 
El meu cos està calent,  
suant una pandèmia,  
enroscat. 
 
Les finestres, tancades,  
i la vida en suspens, 
 els finals s'apropen.  
 
El pronòstic és trist 
l'aire no es mou 
el canvi és imminent 
 
 i inevitable

un corazón partido

Yo tengo el corazón

partido en dos pedazos,

uno que late lento,

otro late veloz,

uno que habla muy poco

y otro siempre cantando

uno que come pastas

y otro que come arroz.

 

Uno que nació en mayo

primer amor de mi alma

que nació pequeñito

y de pronto creció;

como si una mañana

se levantase niño

y luego por la tarde

un hombre se volvió.

 

Hijo de la nobleza,

recatado y silente,

que canta en la bañera

con una hermosa voz,

que se pasa los días

encerrado en su cuarto,

y que cuando me abraza

me derrito de amor

 

Otro que no esperaba

pero, si no lo tengo

siento cual si faltasen

el respiro y el sol,

un trompo, una tormenta,

energía interminable,

un ángel que me mira

con los ojos de un dios.

 

Me arrebató la calma

desde el primer momento,

mi mejor complemento,

mi martillo, mi hoz,

que nació sin respiro

y ahora no se detiene,

y aunque no lo esperaba

sin él, ya no soy yo.

 

Yo tengo un corazón,

que aunque está dividido,

me late con el ritmo

que marca mi canción;

y canta una armonía

a dos voces templadas,

y este corazón viejo

se lo entrego a ellos dos.

 

¿Qué voy a hacer el día

que me marche callado?

¿Se acabará mi ritmo,

se apagará mi sol?

¿se romperán las cuerdas

y ya no habrá armonía,

o venderé mis sueños

por no decir adiós?

sábado, 12 de junio de 2021

estoy muriendo

estoy muriendo;

no se me va esta sed

y apenas me sostengo,

y ya no hay ni las gotas

del amor que me daba de beber


no es que no haya futuro,

o que no tenga pasado,

es la ansiedad,

las paredes blancas y grises

de esta pequeña prisión

no me dan esperanza alguna

 

salgo,

camino por Barcelona,

y veo los viejos tomados de la mano,

los niños que corren con sus padres

mientras muero con cada paso

 

ya no me quedan ganas 

de ser dios,

crear se ve lejano,

difuso, extraño

 

estoy muriendo,

me abandonan las razones,

ni las notas, ni canciones

sirven para retrasar la muerte,

todo me seca,

me envejece,

en el espejo solo veo surcos,

angustias, grises,

ojeras y lágrimas

 

estoy muriendo

porque el orgullo no se va,

porque ya no quieres entrar en mi

con tu espada para matar demonios

 

y yo añorando que entres en clave,

que entres en Sol, cantando,

moviendo todo el cuerpo mientras cantas,

 

y yo añorando escuchar de ciencia,

los hongos, las secuencias,

de los temas que he aprendido por osmosis

y que son los que me van matando

 

no sé si quiero rogar,

no sé si quiero correr,

no sé si quiero morir,

pero estoy muriendo

 

hecho una bolita 

en el centro de esta cama tan dura

tan lejos de la sábana

que huele a ti,

esa en la que busco tu cuerpo

como las cucharas en la gaveta.

 

inmóvil, a oscuras,

pensando que decir,

o si es mejor no decir nada

y dejarme morir

 

quizás me lo merezco,

quizás siempre lo merecí

quizás debí morir antes,

hace vientitantos años

para así ser mejor

un buen recuerdo

y no una amargura.

 

estoy muriendo,

y las paredes que me encierran

peligrosamente se acercan

y el cuarto se hace cada vez más pequeño

 

y cuando salgo, 

los caminos ya se ven iguales,

el cielo no tiene una sola maldita nube,

solo lluevo yo, 

y me estoy secando

 

y mis únicos destellos de luz

están tan distantes, que poco a poco

me abandonan más,

porque te llevaste el primero

y el segundo, que siempre ha sido tuyo

está tan lejos, y me dule


me marchito

porque no me buscan,

no me llaman,

porque empiezo a temerle

a la soledad


estoy muriendo

y quiero morir,

tal vez eso me haga ser 

el otro que debí haber sido

o el otro que querías que fuese

 

o tal vez me pase lo peor

y nadie jamás me recuerde.

viernes, 11 de junio de 2021

tanta oscuridad

es todo oscuridad

nada hace sentido,

es dar dos pasos

y no saber donde voy


nada es suficiente,

y ese dolor

que ya no me abandona


da igual abrir o cerrar los ojos,

no hay diferencia entre una cosa y otra


no hay sueño, y si aparece,

no hay descanso,

febril en esta cama

donde sólo se dar vueltas

 

y ese dolor, no cesa,

no me deja en paz

 

y yo, que de por si

padezco del terrible mal

de no saber decir las cosas,

tengo menos piezas

para armar sentido

 

y solo quiero librarme

de las culpas, de la impotencia,

de la insoportable oscuridad 

que me pesa tanto


hasta lo más amado

me deja sabor a poco

y si me llega algún destello

se esfuma, y me sumerjo

en esa nada interminable


quiero dehilarme,

deshacerme,

desconstruir esta

despreciable afonía,

este enloquecedor silencio


esta pequeña prisión

a la que llegué 

tan tarde en esta vida,

en la que cada vez veo 

más grises en la cabeza,

más soledad

 

luego de tanta noche

llena de ruidos,

esta inmovilidad,

donde hasta la luz

huye de mi

 


11-6-2021

Hace 25 años la vi.

 

No era rubia,

ni tenía azules los ojos,

ni era blanca,

no era ni sirena.


Pero tenía una voz

de esas que cuando canta

te tiemblan las rodillas.

 

Un pelo tan noche,

que me dormí en su hombro

mil veces, en muchas travesías.


Una ternura e inocencia,

que sólo querías abrazarla,

cubrirla de abrazos.

 

Y en sus ojos grandes

me sentí protegido,

y por primera, y tal vez

única vez, me sentí amado.

 

Aún me quedaban dioses

en esos tiempos,

y consulté el oráculo.

 

Pero nunca leí 

la consigna a su entrada,

nunca me conocí a mi mismo.

 

El olor de su cabeza

siempre me embriagó,

y los movimentos de su cuerpo

al cantar siempre me hipnotizaron.

 

Y en ella encontré mis ganas

de ser mejor, porque nunca tuve norte.

 

Pero no pude percibir su vulnerabilidad,

sus alas rotas, su esencia frágil

que ocultó siempre entre un manto

de nobleza, rectitud y fuerza.

 

Tuve no solo que enfrentarme a mis demonios,

sino que tuve que torear los de ella.

 

Me pidió cosas que nunca fui capaz de cumplir,

porque hay crímenes que una vez que se cometen,

no se pueden borrar ni ocultar.

 

Nunca pude ver sus ganas de dirigir, 

aunque pareciera que se dejaba seguir 

por la corriente.

 

Nunca vi el espectro de su madre

flotando en su interior,

porque no lo conocía.

 

Yo solo vi nobleza,

amor inocente.

Y cuando se fue, le di alas,

aunque quise correr con ella.

 

Pero no podía, porque aún 

no había descubierto

mi vocación, mi norte,

 

Y en buscarlo,

le pedi que fuera mi ancla,

en el cuerpo de agua

oscuro que me rodeaba.

 

Porque prefería estar anclado

que divagando en un mar conocido

 

Hubo días que la soñé lejana,

hubo otros que la soñé conmigo, 

aunque siempre la soñé despierto.

 

Una noche

me rompí en pedazos.

 

Era tanto el dolor y la indolencia

que quise desaparecer,

rodeado de casi muertos

y cuando no pude más, 

la vi, con sus ojos grandes, 

y la noche en el pelo,

recogiendo los pedazos

de entre los pasillos de un hospital


Me sanó el cuerpo,

me dio vida,

me levantó al tercer día.


Pero uno no vuelve

de los infiernos

con la misma piel.

Porque cuando te cosen las piezas,

nada queda donde estaba.

 

Y cuando volví, era otro, 

aún sin ser hombre,

aún sin ser lo que quería que fuese.


Y tuve que aprender

a ser persona, 

a navegar el mundo,

a plantearme nuevas metas.

 

Y cuando vuelves de entre los muertos,

ya no eres persona, sino un ser

que habita entre dos reinos.

 

Yo siempre quise ser

como ella cuando fuera grande,

y lo primero que hice

fue tratar de hacerme 

unas alas como las que ella tenía

 

Como sabía

que no me crecerían,

agarré todo cuanto tuve a la mano

y comencé a pegar plumas

con cera

 

Pero mi sol vio mis alas,

y me preguntó que para qué servían,

que volar siempre tenía un precio,

que no era solo yo quien habría de pagarlo,

y me sentí desencantado.

 

Y como mis alas no nacían de mi espalda,

como mis alas eran alas rústicas,

feas, alas de tercera, alas de casa de empeño

no volamos igual.

 

¡Cuánto hubiera querido

que a pesar de eso,

voláramos juntos!

 

Pero acabé volando a su sombra,

buscando repetir patrones,

replicar rutas,

y así, no se vuela.

 

A pesar de eso,

una noche de verano,

me lo entregó todo.

 

Desde mi cuerpo agarró un hilo 

y con cautela tejió

por meses, con paciencia,

y llegó mayo y me arropó

con el más hermoso de los mantos.


Y yo me cubrí la vida,

que desde ese momento nunca

fue la misma.


Luché,

he luchado,

seguiré buscando

ingeniarme cómo acercarme

a su altura,


porque ella vuela como

los aviones, 

a kilómetros de altura,


pero yo no sueño con seguirle el paso

ni el vuelo,

solo sueño con mirar al lado

y verla volando


sin que juzgue mis inventos,

sin que sea mi madre,

sin criticar mis creaciones, o mis decisiones,


y aunque esta historia es más larga

no quiero levantar el polvo

para estornudar


ahora solo quisiera

el derecho a ser parte

de la misma bandada,

porque hay nuevos horizontes,

porque ahora otros vuelan también.

 

Y sólo sería injusto forzales a seguir

la ruta recorrida;

hay que darles la posibilidad

de que se hagan de alas.





cuarto oscuro

No sé si alguna vez

te has levantado a media noche

en un lugar que no conoces.


No logras dar con el interruptor

y todo está negro.

Chocas con todo, y tratas de moverte

entre tinieblas, dando tumbos.


El problema no es para mi

dar tumbos en la oscuridad,

los he dado antes,

es que no consigo regresar al cuarto.


Y esta casa parece ser

enorme, porque sigo caminando

sin poder volver al principio.