sábado, 3 de julio de 2010

con perdón y sin permiso

Discúlpame,
yo sólo me perdí
en un surco,
en la división
de dos tetas sudorosas,
rodeadas de blanco

soy un hombre,
y no pude evitar
idiotizarme
con dos ojos oscuros,
grandes, bien definidos

perdón, es que me entretuvo
una sonrisa llena de encías,
rosada y blanca,
de labios finos

será tal vez
que tu testosterona
está tan activa como
mi progesterona

que soy hiriente
y que hablo crudamente,
y a veces no me solidarizo
con tu dolor

que no conozco las señas aún,
y me dominan las viejas historias

que cuando el pelo
está suelto tiene
el mismo efecto cautivador
que cuando está recogido

con perdón,
aparento no querer
hacer lo que te place
y envío mensajes subliminales

yo sé que nuestra realidad
no está compuesta de besos,
ni lenguas, ni moteles baratos

sin permiso tomé tus miradas
y las recreo a plenitud
sin derechos de autor