sábado, 31 de enero de 2009

¿y por qué no?

¿y por qué no me das la música fluida
y un orgasmo, un sortilegio fatigado?
¿y por que no me das de una fruta la pulpa,
los óvulos, el centro, un núcleo estrellado?

¿y por qué no me das sonoras profecías,
oráculos, altares, círculos desnudos?
¿y por qué no me das las ventanas abiertas,
las puertas, las mañanas, grillos y segundos?

¿y por qué no me das metáforas guerreras,
y notas que efluvian a través de las venas?
¿y por que no me das una metamorfosis,
tímido rumor, una brisa mensajera?

Amalia

Amalia mía, es la sal, café y el vino
cuerpo tendido e infinito
una piel que emerge de la sombra, ciega

Amalia, es verde mar, pulmón, navaja
sueños tercos y partidos,
como una hiedra sobre piel pegada

Amalia hecha de barro, incendio y pajas
de ríos, lluvia y tormenta,
la punta de un volcán, fuego que canta

dos de la madrugada

no busco enumerarte ni descrifrarte,
tal vez aleatorizarte y cifrarte

no busco palabras asustadas,
ni lluvia sonando, radios, televisores, carros

no busco lo profundo ni lo concreto
tal vez solo lo baladí y abstracto

no busco el bolero, la esquina,
no busco conformarme

no busco ríos en las noches,
la luz del poste de la esquina,
la alfombra de tu cuarto,
o sábanas frías que te cubran el cuerpo

no busco repetir tu nombre

mucho menos ángeles invisibles,
años, recuerdos, días sin nombre,
parir futuros

busco el olor a tierra,
ángeles ambiguos de los otoños,
un cuerpo poblado de besos, flores y presagios

traición

Mi Coamo querido
de no siempre deseados
finales de semana

de fulgor ilusorio,
y ruido de frenazos,
cacofonía, bochinches

quizás daría la vida
aunque no estoy seguro
quisiera no jugarla

por algunos amigos
quizás cuatro lugares
uno o dos de tus bares

algún que otro arroyuelo
un puñado de árboles
una calle, una esquina

tal vez una montaña
seguro un solo barrio
de ti ciudad en ruinas

siete y veinte pé eme

para escribirte algo
no necesito los crepúsculos,
ni los sabores, ni las risas

ni jugar ajedrez con las palabras,
presumir de locura y sueños,
llamar las cosas por sus nombres

Ni discursos, ni largas oraciones,
dibujos en servilletas,
juegos en la mesa

ni canciones misterio,
silencios monolíticos,
murmuros ni depresiones

me bastan tus zapatos,
tus mahones gastados,
tu pintura de labios y pelo alborotado

tu risa alevosa y envolvente,
tus ojos esquivos,
tu desánimo de viernes triste

tu auto-renuncia al trópico
y pasión por el espanglish,
tu ombligo tan anónimo

para escribirte solo necesito
imaginar el camino
a donde quisiera llevarte a cabalgar la noche