lunes, 21 de mayo de 2007

El hombre que yo amo...


Que bueno amarte y cuanto me duele,
creces, y cada día, una neurona conecta otra,
una palabra más se graba, y experimentas,
y la usas. Cada día dejas de ser el gusanito cabezón que me entregaron en mis brazos hace tres años, aquél que me cabía entero en el antebrazo y el corazón. Gordo, te amo, que bueno es tenerte cerca en este tu tercer año de vida. Cuando te deje ir, voy a extrañar tu risa de payaso de circo, tus babas, tu pelo que es el mío, tu barriguita y tus besos... Te amo.

Cuando me vi en tus ojos

Alguna vez vi en tus ojos

y vi mas que blanco y negro

tal vez una esperanza,

un brillo de ilusión


Alguna vez me vi en tus ojos claros

y vi más que negro, más que rojo

vi el mar reflejarse

vi hojas, verdes y brillantes,

vi ríos que se desbordan en el mar,

montes, senderos que se bifurcan

casi infinitamente,

vi manos seguidas por sonrisas,

y no manos vacías,


Alguna vez vi en tus ojos

y no vi un demonio seductor de ojos claros

no vi el dolor visceral y canceroso

ni el sangrar negro y putrefacto

ni las manos frías,

jamás pude ver la lujuria

y mucho menos la mentira

y la soledad que se siente

en un sótano frío, sintiendo pasar

cada segundo doloroso y relativista

que se dobla y retrasa con el sol,

esa soledad que te envuelve

y te hace viajar a la semilla

tirarte al suelo en posición fetal

sentir tus órganos desintegrarse,

cada base, molécula, átomo, y enlace

de tu código genético, del hilo que teje

tu alma, sentirlo desenhebrarse,

lenta y dolorosamente.


Alguna vez miré esos ojos

y me vi, desnudo y sin máscara,

en un mar de tres colores y lunares,

alguna vez fijé los míos

y penetré más allá de esos

pequeños resquicios coloridos

más allá de mi reflejo

y pude ver una niña de cabellos rizados,

sonriente sobre un monte,

sentada bajo un árbol, viendo un atardecer

que habría un día de primavera ser

promesa de un amor,

un atardecer que se volvió deseo,

añoranza, cuento y mito


Alguna vez vi tus ojos

danzantes sobre un océano de lágrimas

hichados, rojos, adoloridos,

bellos ojos del dolor,

llenos de tristeza hermosa

y al beberme su agua tan salada

les besé con el beso del jamás

y se cerraron

cuando te diste la vuelta para

salir de mi vida

viernes, 11 de mayo de 2007

Nana para mi niña

Un día escribí esta nana
para una hermosa niña
de cabellos rizados
y gracia de bandera,
que ha de nacer en tierra
de danzas y de selvas
en el centro de un valle
de eterna primavera

En el valle que un día
en un ave de hierro
sobrevolé hechizado
por su hermoso contraste
el rojo de su suelo
que se volvió mi sangre
y el verde su selva
que por mi piel se esparce

Yo la invoqué en mi sueño
cual místico conjuro
de hechicero de notas
de brujo enamorado
yo me inventé su piel
como luna menguante
yo dibujé su pelo
color de miel, rizado

Yo la quise en mis brazos
para con suave ritmo
dormirla con el canto
dulce de mi canción
escuchar sus gemidos
su rápido respiro
y en su trémulo pecho
sentir su corazón

Yo le canté canciones
que le inventé a sus ojos
para que se durmiera
sobre mi pecho triste
Ella se me parece
al mar embravecido
que con latente fuerza
sobre la piedra embiste

Duerme mi niña hermosa
duerme mi niña mansa
duerme trozo de cielo
duerme dulce canción
duerme mi cebollita
risueña de ojos buenos
duérmete niña amada
de mi imaginación

jueves, 3 de mayo de 2007

Sol naciente

sé que alguno de estos días nacerá un sol en tu vientre


comenzando como nube ionizada se dispersa

y que en tu útero fértil se comprime con tal fuerza

muy inestable al comienzo, dinámica y armoniosa

purificación por fuego que se concentra silente


Transfigurándose en disco disipador de energía

en un calor calcinante que desde tu vientre surge

en mil luces que se esparcen desde el centro de tu ombligo

azul protoestrella hermosa que se riega por tu espacio


un día atardecerá al sur de tu cuerpo amplio

y de tu polo magnético habrá de nacer un astro

lloraré porque ninguno de sus átomos de hidrógeno

saldrán de la sopa cósmica de la sangre de mi cuerpo

miércoles, 2 de mayo de 2007

Medium

Si en verdad puedes escuchar las almas,

aquellas que están más allá del mundo corporal,

donde están los espíritus desencarnados,

escucha la voz del mío, que muta, encarna y se desencarna


Si mi espíritu está en constante evolución,

si es verdad que preexiste todo y será eterno,

habré de reencarnar infinitas veces,

por que tu desamor me condena a la imperfección,

a ser inalterablemente infeliz, impuro,

o en viaje a la semilla, de vuelta al creador

le exigiré insurrecto la respuesta a todas mis preguntas

o la condena eterna de Prometeo, que prefiero

a vivir esta vida vacía y ya sin hígado


Si la oración fuera una ley natural,

si fuese un sentimiento innato,

como innata es la existencia de ese tu creador,

si hiciese mejor al hombre,

si fuese un socorro que jamás se niega si se pide con sinceridad,

entonces ese tu dios sería la causa primera de las cosas,

soberanamente justo y bueno,

y no una piedra sin ojos, sin oídos,

falsa deidad de un culto de ignorantes

que jamás escucha, actúa, deidad inmoral e injusta,

producto de la imaginación de algún francés demente,

impostor de hilos invisibles y mesas giratorias


Si pudieses escuchar los espíritus,

si entras en un trance, y oyes voces

que te digan que cada uno responde por las consecuencias de sus actos

que te digan de cómo se desgarran mis entrañas

al recordar que mi sangre está dividida por el mar

y que me llama llorando, reclamando mi regreso

que te digan que te toca reencarnar infinitamente

por que el egoísmo no te dejará alcanzar la máxima perfección,

que te digan que eres solo un espíritu imperfecto,

y no un medio, ni una antena al mas allá

y que las voces que oyes son las de tu ego y tu id


Si de verdad escuchas voces

escucha la mía que te dice

que es mejor estar solo que en tu presencia