lunes, 29 de junio de 2009

ahora que me voy

ahora que me voy
te digo que no sé si extrañarte
o detestarte, que todo me cruza
y no distingo entre realidad y cosas descartables

que no soy una máquina
de complacer deseos
que también tengo los míos

ahora que me voy
te puedo decir que conozco tu cuerpo
como el patio de mi casa,
cada mancha de plátano y marca,
cada punto rojo y negro

que soy sólo un humano
que cuando me provocan
se me sale toda la ira que guardo
mientras parezco pasivo

ahora que me voy
es que me haces más falta,
que extraño hacerte el amor
y no olvido tu sofá

que tu sazón es maravilloso
aunque nunca te lo haya dicho,
que dormir contigo es incómodo,
pero imprescindible

ahora que me voy
no encuentro como hacer esta despedida
y las metáforas se mezclan con lo cotidiano

se siente como si hubiesen sido mil años,
sé más de ti de lo que conozco de mi,
y todavía me siento como
si me hubiesen arrancado un brazo

ahora que me voy te confieso
que nunca dije una mentira,
que si te dije un te amo
fue por que en mi vientre
el escuchar tu nombre
despertaba mariposas

ahora que me voy te digo
que no sé si amarte u olvidarte
pero me voy

domingo, 28 de junio de 2009

perguntas sem resposta

Fica só um sei lá,
um "je ne sais pas"
em isso que somos nós

fica só um meu interesse,
teu interesse,
uma briga de dois que são iguais

e quém se nós pode entender
o que é que somos
se é que somos alguma coisa

e quém se nós pode saber
o que ocorreu, antes e hoje,
se ainda sentimos

deve saber alguém,
por que até parece
que nós não sabemos nada

mas se ainda procuro os teus olhos
deve ser por que neles
alguma vez vi amor

mas se ainda me ligas
deve ser por que procuras minha voz,
e ela te da paz, ou lembranças boas

às vezes penso e pergunto
onde fica aquele que fui,
e onde fica aquela menina que foi você

mas deve ser que somos outros,
meninos do sul da ilha,
e ainda ha algo ai que não sabemos

e me pergunto que nome tem
a paixão com a que me beijou,
se saiu voando para o sul

de madrugada

de madrugada siempre mueres
como mueren mis esperanzas
mis notas y mis deseos

solsticios

Si fue el solsticio de invierno
quien te trajo,
ha de ser el de verano
el del final

sábado, 27 de junio de 2009

fotos

tomé suficientes fotos
de tí como para olvidarte
en blanco y negro guardo
todos tus contornos

entre paredes y sábanas
espejos y luces
se quedaron mis deseos
y mis secretos todos

tomé suficientes fotos
como para recrearte
para resucitar tus formas
sobre mi músculo

me servirán por un tiempo
hasta que me olvide de tus marcas
y seas solo un punto más
en el espacio

viernes, 26 de junio de 2009

selva nocturna

vístete con algo 
fácil de quitar
para hacerle un atajo al deseo

que esta noche quiero
olvidar los domingos
de doble eclipse

vístete con algo negro
para poderte esconder
entre la gente

para que seamos sólo
dos transeúntes más
que pasan por la ciudad

bébete todo el vino tinto
que puedas encontrar
de bar en bar

yo no necesitaré alcoholes
para ahogar los dolores
en este mar

juguemos a los niños irresponsables,
en este jardín de adultos
que se pasan de largo

el de la música alta
que no nos deja conversar
y nos envuelve en su ritmo

ponte la venda del deseo confuso
deja atrás el trabajo
y la rutina

yo iré de cacería en esta selva
vístete de animal print
y serás mía

lunes, 22 de junio de 2009

...

en el mirar borroso 
que me causa la ansiedad
te extraño

en la náusea continua
producto del no tomarme las pastillas
te espero

en la resaca dolorosa
de la espera y tu voz
te busco

en el dolor de cabeza
y las subidas de presión
te siento

en la taquicardia,
y mis pensamientos en taquigrafía,
te sueño

en los dolores fuertes
que causa el olvidarte
me refugio

It's just a phase

No sé cuando acabará 
este deseo de destruirme,
de acabarme desde adentro

de querer sentirme triste por voluntad propia,
de sentir reventar mis intestinos,
de las náuseas que no paran

no sé cuando va a acabar esta obsesión
con lo oscuro y lo indiferente,
con lo imaginado

por que sé que esto me lo creo yo,
y no existe nadie que pueda sacarme
si no yo mismo

llega al punto en el que quiero
dejar de vivir estas realidades alternas
que me impongo

estas novelas de Delia Fiallo 
que vivo en mi cabeza
y que me causan depresiones profundas

y es que en ellas a veces puedo
ser lo que nunca me permití ser,
violentar mis "principios"

no sé cuando acabará el deseo
de sentirme enfermo, triste,
adolorido y ansioso

tal vez esto sea quien realmente soy,
un enfermo con desorden de personalidad múltiple,
un loco bipolar, un obsesivo

o tal vez es una fase
de la que debo salir

jueves, 18 de junio de 2009

Más allá del infinito

I

Comenzó todo con un punto, ella. Como el punto geométrico, no tiene tamaño, ni dimensión. Es solo una idea imaginaria que describe el momento en que la conocí, en el que sus piernas llamaron mi atención y miré en su dirección buscando sus ojos, indicando su posición dentro del sistema. Un segundo punto, yo, puede ser utilizado para indicar una posición distinta en el sistema, pero en ese momento era yo tan indefinido como lo era ella. Creamos la primera dimensión estableciendo una conexión. Entonces todos aquellos que nos rodeaban dejaron de ser parte del sistema, y obedeciendo la dirección del tiempo nos convertimos en una serie de puntos infinitos que obedecen las leyes de la entropía. De pronto fuimos una línea entre un punto y otro, un objeto unidimensional que conectó sus ojos con los míos, sus piernas con mis manos, sus labios a mi.

II

La segunda dimensión fue una bifurcación, un brinco entre nuestros puntos y un tercero. En ese tiempo éramos solo planos, y veíamos las cosas de las dimensiones superiores como inalcanzables. Yo le explicaba que el amor era imposible, que sólo éramos cuerpos que se unen, que no estábamos diseñados para ser más por nuestra plana condición. Y entonces establecimos ese tercer punto al que llegamos una tarde, cuando todos nuestros puntos se confundieron en un sistema mayor y más complejo en el cual determinar que punto pertenecía a que sistema se hizo casi imposible.

III

En la tercera dimensión nos convertimos en cuerpos con profundidad, y sus formas que antes eran solo trazos de línea, se volvieron sólidos de revolución. Y sus senos que antes eran solo una colección de puntos y círculos vistos desde arriba se volvieron masas que pude sentir entre mis manos. Y sus nalgas que no eran más que cortes seccionales, se volvieron montes prestos a ser explorados. Y vivimos sin momentos, sin conocer el tiempo y su dirección.

IV

La cuarta dimensión incluyó el tiempo, y en ese momento complicamos las cosas, por que cuando introduces el tiempo en ésta ecuación en la que dos seres que se desean son partes, comienzas un experimento con múltiples posibilidades. Y el tiempo, que siempre fluye en una dirección y nunca cesa, comenzó a pasar por nuestros cuerpos antes planos, y nos vimos juntos en secciones, como las secciones de un celuloide que se divide en 30 por segundo. Y nuestras vidas, antes puntos separados, se juntaron, ahora puntos sobre una línea y luego figuras con alto, ancho y profundidad. Y comenzamos a entremezclar las manos y a pasar por el tiempo juntos, y el tiempo juntos se volvió indispensable y necesario. Nos vimos como una larga y ondulada serpiente, desde el nacimiento hasta aquél día de la primera dimensión, y comprendimos que era posible morir desfasados, o tal vez no continuar la jornada en esa dirección en el mismo plano, y por tanto decidimos seccionar el tiempo en deltas muy pequeños para disfrutar cada sección con la mayor de las pasiones.

V

Pero en la quinta dimensión no estamos al tanto de las cosas que suceden, es decir. Nos movemos en el tiempo y pensamos que vamos en una línea recta, cuando en realidad solo estamos dando vueltas y retorciéndonos en la quinta dimensión. Y cuando nos vemos en el origen de la jornada, nunca pudimos ver las vueltas que dimos, pues somos incapaces de percibir dichos cambios. Y la quinta dimensión complicó aún más nuestra percepción de lo que éramos juntos, por que se convirtió en una multitud de posibilidades a las que podíamos saltar en cualquier momento. En una yo era un joven inexperto que comenzaba su vida como un adulto y ella era una niña ignorante e inocente que me miraba con grandes ojos, de los que yo quedaba prendado y eventualmente la seducía hasta hacerla mi mujer, la que habría de darme hijos y verme morir una noche. En otra yo la conocía, pero no era más que otro punto más que compone el mar de personas que es como un universo en sí mismo. En otra la conocía, la dejaba ir, sólo para encontrarla años después, y tener un fugaz pero apasionado romance. En otra simplemente no nos cruzábamos.  En otra éramos dos fantasmas hechos de ceros y unos que se encuentran el espacios que existen solo dentro de un ordenador que en si es un universo contenido, y esos dos se encuentran y pasan de lo discreto a lo continuo en un cuarto de hotel en el que se aman, se retratan y se desmiembran. Y esta infinidad de posibilidades complicó aún más lo que éramos cuando éramos una sola posibilidad, una sola línea de tiempo.

VI

Fue entonces cuando aquél que fui o soy quiso cambiar el tiempo, por que el resultado no era como él quería que fuese. Para esto decidió entrar en la sexta dimensión y buscar en su pasado el porqué. Pero se dio cuenta de que esa línea de tiempo que buscaba era muy difícil de alcanzar. Para llegar a ella, tenía dos opciones. De alguna manera tendría que ir hacia atrás en el tiempo, cambiar las condiciones iniciales que hicieran que no se cumpliera aquello que no él deseaba, y continuar en el tiempo en esa línea, a ver si el cambio en las condiciones iniciales haría un cambio en el resultado final. Pero si fuese capaz de doblar la quinta dimensión y hacerla tocar la sexta, sería capaz de ver el resultado final. Dicha teoría hizo compleja en su mente, y decidió darle una explicación sencilla, inventándose un dios y una serie de reglas inviolables que le prohibieron viajar en el tiempo y cambiar las condiciones, y por tanto ella permaneció inalcanzable en su línea de tiempo. Si sólo se hubiese atrevido a dar el paso en aquél momento, decirle que le amaba, que todas las metáforas del mundo le llenaban los labios cuando pensaba en ella, tal vez las condiciones iniciales del sistema fueran distintas, y ella sería entonces el motivo para levantarse a hacer el amor a las cuatro de la mañana todos los días.

VII

La séptima dimensión habla del infinito, pero de solo uno de los infinitos. El universo como lo conocemos tiene un comienzo, y habrá de tener un final. Quiere decir que estuvo regido por unas condiciones iniciales, se desarrolló y fue evolucionando, y nos encontramos en una sección discreta de esa línea de tiempo, hasta que decida morir por alguna razón.  Esta línea es la cuarta dimensión, en la que viajamos en una dirección a través del tiempo.  La séptima recoge todos los posibles comienzos, desde el comienzo, y todos los posibles finales, y los resume en un solo punto, que llamamos infinito.  En éste punto fuimos capaces de vivir todo cuando deseábamos vivir. Ser una pareja de amantes, ser una pareja consensual sin hijos, ser una pareja casada sin hijos, una pareja casada y con hijos, ser amigos que se juntan, ser compañeros inseparables. Y lo vivimos todo a la misma vez, dentro del mismo tiempo, por que de nuevo el tiempo desapareció y formó parte de un solo punto en el que estábamos ella, yo y todo lo que nos rodea. En un punto se contuvieron todas las posibilidades.

VIII

Pero un punto en la séptima dimensión es solo una parte de la historia, por que como un punto solo indica localización, tiene que existir más de uno para que pueda haber una conexión entre dos y constituir una línea. ¿Pero como puede haber algo más allá de lo infinito? Fue entonces cuando tuve la gnosis, y supe que no era sólo mi historia y su historia y todas las posibles historias, nuestras y las de otros, contenidas en un solo punto, si no que ambos éramos universos paralelos sobre la séptima dimensión. Ella existía de acuerdo a una serie de condiciones iniciales que generaron su Big Bang y le dieron comienzo a las líneas de tiempo que la llevan del principio a su fin, al igual que yo. Coexistimos en este plano y buscamos conectarnos. Por lo tanto, ese primer intento casual en la localidad se convirtió en una serie de infinitos, que desde diferentes puntos de vista son, de nuevo, una conexión en la globalidad. Ella un universo, toda una serie de infinitos contenidos en un punto. Nosotros, una continuidad de infinitos conectando dos puntos, o sea, una línea entre su universo y el mío. Y por más imposible que pueda sonar esto, si fuera posible que yo, un universo, buscándole tomase otro camino, seríamos un sendero bifurcado, en la octava dimensión.

IX

Pero, ¿será posible que todo sea un ciclo? ¿qué esté condenado a tratar de conectarme a ella y que solo sea una posibilidad dentro de infinitas posibilidades de conseguir lo infinito? Si yo, un universo que le busca, que le inventa y que navega en el tiempo para encontrarla, tomase otro camino distinto al que estoy llevando para tratar de chocar con ella, ¿llegaré a su punto?, ¿llegaré a otro? ¿Y si equivoco la ruta, podría viajar hacia atrás en el tiempo y cambiar las condiciones iniciales?

X

Tú y yo somos dos universos que existimos en un espacio que no tiene forma.  Navegamos por ese tiempo sin darnos cuenta de lo que somos, hasta que de momento tenemos la gnosis y sabemos, que somos dos universos, pero en realidad queremos ser un solo universo. Y nos damos cuenta de pronto de que en realidad somos un solo punto, un punto que contiene todas las posibles bifurcaciones de todas las líneas de tiempo posibles de todos los universos infinitos posibles.  Y me hace sentido que seamos solo un punto sobre un plano y no una línea, por que al imaginarse todo lo posible, en todos los universos, tiempos e infinitos, sólo me queda pensar que somos uno, en tiempo, sin tiempo y a veces a destiempo.

miércoles, 17 de junio de 2009

nombre ciudad

Por la mañana,

niña traviesa,

te despertaba

con tiernos golpes

sobre tu piel

que mi cuerpo daba

 

Entre tu boca

sabor a fresas

se descubría,

y por tu espalda

con mis dos dedos

camino abría

 

Y tú en tu sueño

de vino tinto

y culpas roncabas,

y entre mis manos

monte de Venus

que se escapaba

 

Nombre ciudad

tu blanco rostro

sigo buscando

mujer de mármol

aún mi cuerpo

te anda anhelando


Aquella noche

fijo mirabas

y me besaste

ojos cerrados

manos creadoras

dulce contraste

 

En una cuerda

encontré las letras

que dan tu nombre

y en otra cuerda

encontré el misterio

que siempre escondes

 

Y entre mis manos

tu piel de seda

se deshacía

y de momento

rompió el silencio

tu melodía

 

Nombre ciudad

tu blanco rostro

sigo buscando

mujer de mármol

aún mi cuerpo

te anda anhelando

Poema de deseo de una mujer

Eres malo para mi salud

por que no puedo controlar mis acciones

por que las ganas de besarte cuando cantas

van más allá de lo que puedo controlar

 

por que mis brazos quieren perderse en tu piel

y que me cuentes historias de otras tierras

por que mi piel se eriza con tu presencia

y presiente tu paso de hormiga sobre ella

 

me haces daño

por que no puedo controlar los deseos

de sentirte dentro, de que me toques,

de que me arranques gemidos del pecho

Por que mis senos reclaman tus labios

por que mi vientre espera tus caricias

por que mi espalda y pecas quieren que las cuentes

por que me excitas y me descontrolas

 

por que se me humedecen hasta los labios,

por que me olvido de mis compromisos

y caigo en la trampa de tu voz y tus labios

sin que la hayas tendido

 

eres malo para mi salud

pero cuando me llames

te diré que si,

y me sacarás de mi monótono viernes

lunes, 15 de junio de 2009

olor

Tuve que sacar la mano por la ventana del carro y conducir con una mano las restantes dos horas de camino, por que el olor no me dejaba respirar. Aún con la mano seca sentía ese fuerte olor, una mezcla del olor de los Doritos con olor a sexo entre mis dedos medio y anular. En la boca sentía un fuerte y vivo sabor a mariposas.

Y es que esa tarde, sobre la hierba, la encontré. Llovía, con mucho sol, y yo buscaba refugio en un árbol. Allí estaba, maquillada y disfrazada de suelo,  la diosa del engaño.  No era que su piel fuera de musgo y toda ella humedad, ni que sus ojos tuvieran el color del suelo mojado por el rocío, ni que las mariposas le cubrieran el vientre, era que al verla no hubo tiempo y pararon las gotas. De pronto me vi rodeado de ruidos de tambor como los que se le dedican a los santos, y ella danzó como si otro dios furioso le poseyera el cuerpo. Me rodeó, húmeda y vegetal, verde y sudorosa.  Me arrojó al suelo y se tumbó a mi lado, y dirigió mi mano izquierda sobre todo el musgo que le cubría la piel. Sus ojos gigantes me atravesaban el cuerpo que temblaba de sorpresa. Me hizo comerme una mariposa. Jamás imaginé que las mariposas saben a algodón de azúcar, a nube de lluvia. Comulgué de las mariposas de su cuerpo y de su humedad de musgo y suelo, y cesaron los tambores y volvieron a caer las gotas, fuertemente. De pronto en mis dedos sentí la espesa savia de un árbol, dorada y pegajosa. Fue entonces cuando desapareció, dejándome estas cicatrices, la mano y su olor, y las mariposas en la boca.

Me lavé las manos varias veces. Jabones diversos, lejía, cloro, creolina, aceites, todo, y el olor persistía. Ya no podía soportarlo, y de momento me pasó por la cabeza cortarme los dedos. Con un cuchillo afilado y sin pensar me piqué ambos dedos. Sólo me dio tiempo para abrir un hueco en la tierra del patio y enterrarlos muy profundo. El resto es borroso, dicen que me encontraron dentro de la casa, en un charco de sangre y casi muerto. Al no encontrar los dedos, me quedó la mano lista para un concierto de rock.

Sólo hasta hoy me doy cuenta de los árboles, y de su fuerte olor. Escucho tambores, se acerca una tormenta.

no title

cuántos rostros tienes
diosa de los engaños,
maquillada, disfrazada
y yo solo un actor más
en la farsa

cuántos maridos tienes
diosa de los engaños
que te visitan cuando yo
cierro la puerta de tu templo

cuántos libros de anatomía
describirán tu piel
bruja de los pecados

cuando me olvide de tu nombre
solo serás un punto
en una sopa de oraciones

sábado, 13 de junio de 2009

Pelos

La busqué en su casa, estaba lloviendo. Me cansé de esperar, así que salí del  carro con el paraguas, a esperarla bajo la lluvia. No fue hasta que me llamó que me di cuenta de que vivía casi un bloque más abajo.

Desde que se montó en el auto hubo esta cierta hostilidad casi sexual, en la que ella me culpaba de ciertos males del universo, yo le comentaba de cómo me gustaban sus piernas de leche, y desviaba automóviles como un demente. Luego de casi provocar un accidente, ella se mareó y casi no pudo bajar del auto.

No tiene los ojos verdes, pero son de esos ojos que te roban el espíritu, como decían los nativos norteamericanos para que no les hicieran un Daguerre.  De momento sientes que algo te atrae, como si fueses el negativo de su polo, y cada vez se hace más fuerte hasta que te besa, y de dice que no hay más allá de ese beso. Luego te pide el vaso de vino, que la música sea lounge o eurotrance o algo para hacer fondo. Luego te pide que bajes la música y le cantes una canción

Y de momento, sin darte cuenta, te está besando, con un beso de esos casi vampiresco, y te toca. Yo quise controlar, pero es como tener dos toros en el mismo cepo que se detestan, y disputamos el control del desenfreno. Ella me besaba y buscaba con sus manos mi espalda, y yo le contestaba y trataba de con mis dos manos cubrir cada resquicio de su cuero estrellado.

No sé como sucedió, pero de pronto la tuve entre mis brazos desnuda, y juré que se deshizo entre mis manos. Sentí su pelo entre los dedos, sus senos entre mis labios, la humedad de su sexo que aún palpita. Y de pronto escuché de ella gemidos que jamás pronunció aquella vez. Yo invertí  cien hojas de papel en su despedida cuando aún se utilizaban esas tecnologías absurdas de las cuales ella es defensora. Descubrí que era soprano, que su figura no la soñó un pintor, que sus senos son tan blandos como una nube de aguacero en mayo. Pensé ver sus pecas sobre la sábana, que se caían una tras otra, y casi las sentí entre mis dedos, manchando mi universo, mi rostro, mi pasado.

Pero solo hallé dos pelos rojos en la cama, después de que la regresé a su casa y le hablé del jamás.

jueves, 11 de junio de 2009

ateo

A los diez años descubrí que era ateo. Creo que siempre tuve el arte de diferenciar entre la realidad y la mitología. Como todo hijo de clase media alta, fui a un colegio católico para ser criado como Dios manda, bajo la fe católica e inmerso en la repetición constante de palabras que en realidad no hacen sentido. Irónico que el único lugar en donde me sentía a salvo de todo el bombardeo de moral era dentro de la Ermita. Aquél lugar, que en aquél momento tendría 300 años, estaba siempre desierto, y yo me escondía en las escalinatas que daban a un área hecha para un coro.

En octavo grado nos llevaron un relicario con la carne de San Juan Bosco. Allí nos hablaron a todos sobre quien fue, y nadie escuchó. Observábamos perplejos el relicario, que tenía un pedazo grueso, pequeño y gris de la carne del santo, que por alguna razón teníamos que venerar.  Yo me quedé asombrado; ¿qué debía hacer, qué implicaba? ¿Será que se lo comieron y las sobras las pusieron en relicarios?

Nunca pude comprender eso del catolicismo: un dios que es uno pero es tres, y a su vez convive con criaturas aladas que visten túnicas y que son todas rubias y de ojos azules. Su Némesis es precisamente uno de ellos, el más hermoso, el más rebelde de todos. Siempre me sedujo esa figura, tan llena de rebeldía, contracorriente, reto y libertad.

Además, ¿quién entiende los santos? Son humanos “que por sus obras” tienen una categoría distinta a los demás, o sea, hay clases sociales privilegiadas en el catolicismo. Arriba está el dios, el dictador, que a su vez está dividido en el Padre, que es el que siempre ha estado ahí, pero ha caído fuera de la corriente de la moda, el Hijo, que es el moderno y llama la atención, y el Espíritu Santo, que nadie sabe lo que hace o deja de hacer, pero está ahí y le gusta disfrazarse de paloma. En medio están los ángeles, arcángeles, santos y otras hierbas, que vienen siendo los burócratas del partido comunista, o senadores, entre otros, luego de eso están los demás. Los santos son particularmente interesantes. Son humanos semidioses, que pueden ser venerados, pero no adorados (con excepción de la madre del Hijo). Estos superhumanos se caracterizan por cosas que parecen ser fuera de lo común, pero son obviamente provocadas. Sangrar “por las heridas del Cristo”, hacer milagros, curar enfermos.

Una tarde, como a los doce años, corrió el rumor de que en Cuyón había aparecido la Virgen María en el patio de una casa. Concurrió con uno de mis momentos más difíciles, la adolescencia, las dudas, la búsqueda. Antes de eso había ido a un retiro católico, en donde en mi fila todo el mundo “cayó en descanso”, menos yo (claro). Conforme me fui dando cuenta, lo que allí ocurría era una manipulación de masas, en donde te repetían una serie de idioteces para que te arrepintieras de tus pecados, y la gente se sentía tan y tan culpable, que caían desmayados. Fuimos a ver a la supuesta virgen. Cuando llegué a la casa, había tal vez unas 130 personas en ella, dentro y fuera. Salí al patio buscando una virgen, me encontré muchas desvirgadas y una palma que decían que tenía la figura de la virgen. Yo sólo vi una palma.

Además, he conocido tanto hijodeputa que es creyente… Algunos de los hombres más abusadores, sucios, viles, maltratantes, bandoleros y engañadores que he conocido son religiosos. Llegan a la iglesia, se confiesan y ya están listos para seguir ejerciendo la función que le tocaría ejercer al demonio.

Un hombre hace poco trató de convencerme de la existencia de su dios. Estabamos en un bar, y un pariente mío mencionó que era ateo (cosa rara en esta isla católica), entonces el hombre fue a parar a mi lado, para explicarme como había sido un ladrón, hijodeputa, sinvergüenza, y otros adjetivos no muy amables. Cuenta que un día de excesos miro al techo y dijo "si existes, dios, levántame de aquí por que no puedo". Dice que se levantó y jamás volvió a ser el mismo. Me parece gracioso que mucha gente quiera justificar la existencia de algo en base a experiencia personal. ¿por qué no explican otras cosas a base de eso? Ser malo e hijo de puta no es igual a ser ateo. El tipo era malo, no era ateo.

Ella es creyente.  Me ha destruido. Con engaños me hizo creer que era posible, con su seducción y sexo me atrapó en su red. Obtuvo de mí lo que quería, el apoyo, las cenas, las salidas y escapes, los consejos, el estar ahí para sus hijos en las graduaciones, cumpleaños, el defenderla contra su exmarido, el complacerla en cuanta cosa, el hacerle el amor como nadie, todo. Ella me consumió como consume un hoyo negro a una estrella. Deshizo mi cuerpo en átomos, y esos átomos en partículas sub-atómicas, hasta llegar a las cuerdas que vibran a una frecuencia que solo conoce el orden.  Ella primero le dio gracias a su dios por mi existencia, y ahora acaba de golpe con todo lo que fui.

Por eso hoy más que nunca, Gracias a Dios, soy ateo.

abismo

estás tan cerca
pero las palabras crecen
y las oraciones se vuelven
abismos en los que caigo yo
tú quedas en la superficie
y yo sólo caigo

martes, 9 de junio de 2009

repartición de bienes

te quedarás con el carro
vacuum cleaner, los cubiertos

quédate con la vajilla,
con los libros y el nintendo

en las luces los tecatos
venderán hasta mi ropa

y me quedaré sin prendas
antes que me largue a europa

véndeme las herramientas,
la lancha, el televisor

yo me quedo con el perro
la sortija, y el vibrador

(la sortija yo la empeño
para empatar la pelea
me mudaré con mis padres
aunque mi madre no quiera.
el vibrador me lo quedo
no por que lo vaya a usar
mas por no darte el placer
de poderte masturbar)

De lo continuo a lo discreto

Todo comenzó como comienzan los errores. Ella fue una arbitrariedad, el resultado de la función matemática de aleatorización de un programa de computadora. Tal vez no teníamos nada en común, tal vez con otras condiciones iniciales no se hubiera dado el caso. Pero ese pequeño grupo distribuido de dioses digitales decidieron ponernos a ambos en el mismo espacio virtual, y echar a correr los dados de lo incierto.

No puedo decir que intercambiamos palabras, por que es más correcto decir que digitalizamos deseos. Ella me contó sus perversiones, me transmitió imágenes de su cuerpo desnudo y perfecto. Yo le conté como se las quería satisfacer, y comenzamos la danza mística de los ceros y unos que se bifurcan en senderos programables. En la lengua de los internautas intercambiamos nuestras soledades y pasiones, y nuestros cuentos.

Yo no sé que nos hizo brincar a la realidad, pienso que allí está la base del sufrimiento. Acordamos encontrarnos en un restaurante, desayunamos, intercambiamos miradas de deseo. No se pronunciaron muchas palabras, por que no estábamos acostumbrados a hablar con nuestra garganta. Todo cuanto sabíamos había sido teclado, transmitido con nuestras manos, y el cuarto de hotel lleno de espejos supo que todo lo que habríamos de hacer era hablarnos con esas mismas manos. Su cuerpo se lleno de mis huellas digitales, del continuo patrón de surcos único en cada uno de mis dígitos. Mi sexo se llenó de su cuerpo y sus fluidos, caudal analógico de gemidos y gestos, esta vez reales y no ensayados.

Y volvimos a saltar de lo continuo a lo discreto, cuando con la cámara del computador grabamos nuestra danza, y de lo discreto a lo indiscreto cuando la vimos para continuar el ritual. Fueron muchas las noches en las que me provocaba en línea y terminaba en su cama, vigilando su sueño.

Todo terminó como terminan los horrores, pero esta vez ya no era una serie de pulsos, si no una colección de memorias, latidos, olores, sabores y vibraciones. No pude fingir el llanto con una serie de signos del alfabeto que semejan caras, por que los símbolos que estaban en mi rostro eran evidentes. La perseguí buscando explicación, buscando sentido a toda esta mezcla de medios de incomunicación, pero fue en vano. Fue el mismo día en que nací que decidí que no habría más excusas para continuar en el mundo de lo continuo, y decidí armar una colección detallada de mi vida en lo discreto, para que el mundo supiera de lo que fui capaz. Ahora estoy aquí, dispuesto a desconectarme de lo real. ¿Será que soy un sueño digital de un sistema artificial? No creo en las reencarnaciones, y no pretendo saber. Sólo sé que este error, esta secuencia de números que no es como debe ser terminará hoy, y sólo quedará un archivo que resume mi estadía por la vida. Un archivo, perdido en la infinidad de las cadenas de ceros y unos, como una sola estrella en el infinito universo.

lunes, 8 de junio de 2009

sin título

Yo quiero ser su confidente,
conocer su historia de principio a fin

saber sus pensamientos, sus anhelos más profundos,
sus decepciones y temores

comprenderla

pero ella se cierra como una planta carnívora

Tell me lies, tell me sweet little lies

Quiero ser yo siempre
la protagonista de tus sueños

tus cuentos, y todas tus historias

ser tu niña, tu princesa, tu diosa, tu bruja,
y hasta tu payasa

y si me alejo, vivir en tus recuerdos por siempre

Klonopin para la anisedad

Hoy más que nunca
eres sagrada hostia
que desayuno

ends here

perdió el color todo
ya no sé en donde estoy parado
ni nortes, ni sures

es algo que no tiene explicación
y no sé si es saludable buscarla
por que todo tiene un límite

lo que me apena
es haberme sentido imprescindible
cuando en realidad fui
sólo uno más

descartable, inútil,
una pérdida de tiempo

mutan mis células en mi cuerpo
y aclamo, como Fukuyama
el Fin de la historia

a tí se te pasará,
pero yo lloraré

lloverá y seguiré esperando

domingo, 7 de junio de 2009

la ciudad

Ciudad de verdes ojos tan lejana
portal a las estrellas y cometas
pasado de sonrisas que me llama
y un juego de presente que me inquieta

ciudad mujer del sur y del oeste
tu blanca piel inédita y ajena
contrasta con la mía tan agreste
de misterios curiosos de la arena

tu exilio prolongado de mi vera
hace que un algortimo matemático
busque entre los recuerdos la primera
vez que entre tus ojos enigmáticos

me viera reflejado y me robaras
mi ánima de cardos y semilla
y que en mi cuerpo amorfo provocaras
deseo de ser el molde de tu arcilla

ciudad lejana busco tus secretos
y la etimología de tu nombre
te vuelves verso, letra y alfabeto
eva de luna, costilla de algún hombre

sábado, 6 de junio de 2009

El poeta y la ciudad

Yo tengo el nombre de una ciudad y un apellido que divide mi cultura, aunque al soñar siempre lo hago en español. Llegué a esta ciudad huyendo; de mi pasado, de mi madre, y de mis idilios románticos. Irónico que ahora ande buscando poemas breves, por que la etimología de idilio nos dice que éste es su significado original en el griego. En estos días soy una versión más redonda y vieja de lo que fui cuando le conocí, hace ya unos diez años, pero mis ojos han recuperado aquél brillo de adolescente y las ganas de alimentarme de horizontes y atardeceres, cosa que esta ciudad había ido consumiendo hace un tiempo. Mi vida se había reducido a pastar, dormir, y seguir la manada, pero él lo cambió todo una tarde en que quiso beberse los alcoholes del universo y yo acompañarle.

Tal vez no sea Borges, ni Neruda, pero tiene el don de alimentarse de las almas de los que le leen. Dice que su abuela nunca le leyó las cartas, por miedo a que se cumpliera una cierta profecía que nunca quiso mencionar. Él tiene el nombre de las piedras del un río en el que bautizara un profeta, y en su tierra ser mago es cotidiano y normal. Le encanta enumerar las cosas; se esmera por contar los lunares de mi cuerpo y clasificarlos como si fuera un dermatólogo, lleva una colección de hojas de árboles que le ha ido recogiendo su hijo desde los dos años, y vive obsesionado con la música antigua. Cuando no encuentra palabras que describan lo que piensa, las inventa. Cuando las cosas no tienen nombre, las nombra.

Yo llegué a la ciudad pensando que habría de consumirme como a tantos otros. Antes rodeada de montes, ríos y nubes, y ahora solo de cemento, gris y soledades. Somos dos millones de habitantes, 717,945 viviendas, y de constitución racial de 49,27% caucásicos, 25,31% afroamericanos, 0.44% indios americanos, 5,31% asiáticos, 0,06% isleños del Pacífico, 16.46% otras etnicidades, 3.15% doble etnicidad. Yo soy una anomalía entre las minorías, y solo me faltaría ser judía y homosexual para ser única. No descubrí que era un portal al espacio hasta que él abrío ante mi la caja de pandora de las galaxias, y me enseñó la ruta del cosmos.

Y fui su cosmonauta por una noche, en la que recorrí su obra verso a verso. Pasamos Alfa Centauro y me cantó sobre las niñas que duermen en otros brazos y las madres que las esperan llorando, de su vida con la espiritista, de sus viajes a suramérica. Una noche ebria de sueño y cerveza me dijo que me había escrito un haikú y lo había escondido. Le pedí, llorosa y enamorada que me ayudara a buscarlo, que me despertara de este encierro de ciudad, que me diera un nuevo nombre, pero hubo silencio.

Fue solo unos días después que me miré las manos, y vi ese poema breve escrito en ellas.


jueves, 4 de junio de 2009

Décimas Cibernéticas

Este blog debió haber comenzado con estas décimas, que son unas de las primeras cosas que escribí cuando retomé la escritura en la universidad. Disfruten.


Enredado en la maraña 
de recintos cibernéticos
entre mil discos magnéticos
te encontré en la telaraña:
mundo que mi madre engaña
con todo colorido.
Te busco entre el estallido
de valiosa información
y te entrego el corazón 
sin conocer tu apellido


Avanzo así velozmente
montado en mi "buscador"
cruzo de un ordenador
a otro sigilosamente.
Entiendo perfectamente
los dialectos cibernéticos
y cruzo espacios sintéticos
hechos de silicio y plástico
que dan un mundo fantástico
lleno de locos frenéticos

Un sueño

Esta pesadilla la escribí el doce de noviembre de mil novecientos noventa y ocho. Que la disfruten.

Subes dos pisos, das una vuelta a la izquierda y otra a la derecha. Observas todos los anaqueles en donde están los libros en estricto órden, ves el que necesitas y lo tomas. Regresas al escritorio y lees. Te han pedido un trabajo ordenado, bajo las normas estrictas del MLA, entre veinte y veinticinco páginas. Ya conoces prácticamente toda la biblioteca. Has usado el catálogo, las computadoras, los diccionarios y los baños. En el escritorio reposan cincuenta y dos libros, veinte artículos, tres libretas cuatro bolígrafos y tu cabeza. Te has quedado dormido. Pero no ha sido porque los que leías era aburrido, sino por que estas mortalmente cansado. ¿Recuerdas? Leías sobre brujas. Si, ya. Brujas, el Sabbat, espejos ... recuerdas los nombres de Michelet, Henry James, Carlos Fuentes, Gloria Durán, Aura, Consuelo, Elphias Leví, Gloria Trevi y palabras como sexo, muerte, realidad, magia, amor, odio, satanismo, ciencia, ocultismo y otras más. 

Miras a tu alrededor. Luego de haberte ocultado por creerte descubierto, tratas de verla, pero yá no está. Desapareció. Hace unos segundos, antes de que te ocultaras, estaba allí. Era jóven, tendría algunos veintidos años, tenía el pelo largo hasta la mitad de la espalda y estaba desnuda. Balbuceó unas palabras que no comprendiste, untó su cuerpo voluptuoso con una substancia aceitosa que preparó. Recordarás la forma en que lo hizo, es más, te exitó la manera en que lo hizo. Lenta y pausadamente fué cubriendo primero su cara, luego sus senos, y por último sus piernas largas y bien formadas hasta llegar a sus pies. No dejó parte en su cuerpo que no cubriera con ese aceite. Antes de perderla de vista, le escuchaste decir unas palabras, un conjuro. Has estado espiándola por algún tiempo. No es como la pintaban en los cuentos de niños, no tiene una verruga en la nariz, no es espantosa. Esta mujer conoce las plantas y sus propiedades, esta mujer parece tener los secetos de la vida, y también los de la muerte. Pero ya no está, y decides averiguar que sucedió y como. 

Sientes que te tocan la espalda. Es Danny, siempre puntual. Lo llamaste hace media hora y aparece para despertarte de tu sueño de bello durmiente (pos supuesto, no con el beso) y preguntando como siempre: "¿¿qué quieres??" Es masivo, gigantesco, pesa alrededor de cuatrocientas ochenta libras y es esférico. Lo invitas a comer, aunque sabes que luego de verlo comer te sorprenderás de como alguien puede comer tanto. Entran y tú pides lo de siempre, un "combo" de esa hamburguesa que tanto te gusta. Danny comienza su orden: un servicio de chili, dos de papas, cuatro hamburguesas pequeñas, una soda grande y un helado de esos de chocolate. La cajera se sorprende. Se sientan, tu devoras tu comida rápido, pero tranquilo. Danny comienza su ritual: se come una de las hambuguesas, devora las papas y le pone el sorbeto al refresco. Mientras observas esa masacre culinaria, piensas en el trabajo. Tienes dos días más para hacerlo y te queda el exámen de Cálculo. Ay... la vida del estudiante, ¡es como vivir muerto! Estudias para ser, como dicen, un cadáver culto. No dejas de pensar en el último artículo que leiste; las plantas y las brujas. Conocían los afrodisíacos, narcóticos, estimulantes, depresivos y así, claro que no le conocían estos nombres. Por fin despueés de una larga espera, Danny termina. Regresas y comienzas a estudiar. Lees "El poder de la magia". Solo 5 páginas más. 

Exploras la cueva húmeda en la que penetraste hace tal vez dos horas. Tomas el frasco con el aceite. Te desnudas. Posiblemente sea que falta algo. Dices lo que te acuerdas de las palabras que conjuró la bruja y nada sucede. Te sientes extraño, ves todo de un hermoso color verde. Por fin encuentras el libro que crees te dará la respuesta. Es un libro viejo y cerrado, con una gema roja en el broche y unos sellos extraños en la cubierta de cuero. Está lleno de palabras en un idioma que no comprendes. Antes de arrepentirte, saltas unas páginas y allí está. Empiezas a comprenderlo todo y el enoquiano es como tu lengua materna. Te paras en el círculo blanco del piso, te colocas en el mismo centro y dices el conjuro que leiste del libro. Sientes que te elevas. Si, te elevas, y viajas a un lugar que no sabes. 

Despiertas, o mejor dicho, te despiertan. Ya cierran la biblioteca. Recojes tus libros y te vas a tu casa. 

Llegaste a un lugar que no conoces. No puedes creer lo que ves. Miles copulan unos con otros, otros danzan tomados de la mano en círculo, fuego, bestias aladas, faunos... En el centro hay una bestia, la Gran Bestia. Tiene cabeza de macho cabrío, lo rodea un círculo de luz. Sus alas son hermosas como las de un ángel, blancas y sin manchas. Apagas el televisor y te duermes; sueñas con una mujer blanca, esbelta, delicada, del pelo negro largo hasta las caderas, está vestida con un traje cuyo color es idéntico al de sus ojos, unos ojos verdes como las algas, verdes como la hierba, verdes. Unos ojos que anuncian muerte. La bestia tiene pechos grandes de hembra, en su panza un ojo, tiene cuerpo de hombre y está sentada en un gran trono de piedra. A su lado hay dos pirámides vueltas al revés y en su mano tiene un corazón que sangra a chorros y todavía late. Es hermoso. Nunca habías visto algo así. Alguien te toma del brazo y te hala hacia sí. Te besa y tu le contestas el beso como en un trance y comprendes. Estas en el suelo con ella, con la bruja. Acaricias ese cuerpo embadurnado de aceite, igual que el tuyo. Después de amarte te lleva a un altar de piedra y te coloca sobre él. Mira la bestia, dice unas palabras al viento y toma el cuchillo en las manos. Cierras tus ojos y sueñas que éstas en un escritorio, que escribes y lees, que lees y escribes. Sueñas que te vas y que sueñas, sueñas con ella, vestida de verde, sueñas con nada y ya no sueñas más.

chatticus interruptus

Te fuiste y me doy cuenta
que en muchos años no fuiste más
que unos ojos grandes y profundos
dónde perderse

no sé nada de ti, tal vez por miedo,
por cobardía o haberme sentido intimidado
por el color, por la asfixia que me causaban
o su belleza poco común en mi entorno

te fuiste y me doy cuenta
que eres más que esos ojos,
que eres oídos y opiniones,
disposición y curiosidad

te fuiste y ahora
tengo que esperar
con impaciencia
el mañana en la noche