miércoles, 17 de octubre de 2007

Libre

Estoy aprendiendo a desaprender,

estoy desprogramándome línea por línea,

y llenándome de instrucciones nuevas


Sé que un día he de librarme

de la religión y la irracionalidad,

la constante repetición sin sentido

de mágicas palabras que te limpian de responsabilidad,

algo así como un “car-wash” místico,

en donde si pagas una cuota y obedeces,

te aseguras el pasaje de primera clase al más allá


Me libraré de los prejuicios,

de pensarme superior a alguien solo por mi origen,

o por como me veo


En algún momento dejaré de ser esclavo

del efecto de la primera impresión,

y aprenderé a juzgar cada cosa por sus méritos


Me convertiré en investigador, en juez,

sabré los beneficios y deficiencias de cada cosa

Le daré a mis neuronas el poder de la auto-organización,

la capacidad de reciclar ideas, de expulsar impurezas,

a mi boca y garganta el don de la irreverencia

ante aquellos que piden respeto pero no lo ofrecen,

la capacidad de levantarse y protestar,

a mis manos el arte de crispar los dedos,

de cerrarse en un puño y levantarse al cielo,

y a la vez la suavidad de una caricia


Algún día seré el nuevo Maitreya,

no por librarme de las reencarnaciones,

si no por hacerme un hombre nuevo sin limitaciones