Morirás sin saber cuanto te amo,
aunque cruzaste la raya
no te atreviste a saltar al vacío
atardecerá, y cuidaras de un hombre viejo
mientras yo juego con mis nietos
y no tendré memoria de tus besos
lloverá otra vez sobre el pedregal
y no habrán risas de niños,
ni fiestas de cumpleaños
tendrás ese sentimiento, ese dolor
del jamás, de lo inconcluso,
de decirme adiós por tercera vez
lloverá sobre el monte verde
y la boca te sabrá a la mía,
sobre tu cuerpo recordarás mis manos
jamás sentirás cuán grande era,
tu cabeza se llenará de arrepentimientos,
de nostalgias
y cuando muera buscarás mi sombra,
pero ya yo estaré al otro lado del mar,
será otra la lengua de los que me rodean
te quedarás con los deseos de viajar al norte
de terminar de aprender,
de desaprender las malas costumbres
y cuando mi recuerdo se siente a tu lado,
solitaria en el balcón de una casa vacía
llorarás en silencio por haberme dicho adiós