lunes, 29 de diciembre de 2008

Décimas al otoño

hojas que escapan riendo
en una danza atrevida
nadan sobre el pavimento
en mi calle adormecida

Yo soñé otoños dorados
que calvicie provocaban
en árboles que bailaban
con el viento sobre prados
Los árboles, deshojados
despojados sus atuendos
y su desnudez lloviendo
sobre los montes rojizos
y sobre el viento un hechizo
de hojas que escapan riendo

Las acrobáticas hojas
que se lanzan al vacío
son como los sueños míos
preñados de paradojas
apéndices sin congojas
tan elegantes suicidas
transformando sus caídas
aleatorias sin sentido
en un canto colorido
en una danza atrevida

En mar rojo y amarillo
de telúrico rubor
yacen restos de una flor
que estuvo llena de brillo
tengo llenos los bolsillos
de estas musas de los vientos
que bailan con Barolvento
la danza de la entropía
y colmadas de alegría
nadan sobre el pavimento

Se marchó la primavera
con sus colores festivos
de tonos provocativos
y del polen compañera
y ahora sobre la acera
llueven las gotas dormidas
del conjuro que algún druida
cansado del florecer
arrojó al amanecer
en mi calle adormecida