miércoles, 4 de septiembre de 2013

al final del día no estoy solo

al final del día
no estoy solo

aunque el niño
se vaya a dormir,
aunque ella
se acueste y ronque
luego

aunque te hable
y no me contestes
porque estás cansada,
por no sé cuántas cosas

siempre tendré
esa bondad
tan genuina de
los extraños,
esos extraños
en los que podría
confiar

aunque pida ayuda
y me la nieguen
y me den un discurso
que jamás pedí
sobre cosas que sé

no estoy solo
están conmigo
los pensamientos
más oscuros,
los que se marinan
en dolor, en frustración,
los que salen cuando
los provocan

y al acabar el día
cuando me siento
a pensar en que será
de nosotros,
no estoy solo

estoy con los recuerdos,
con todas las pasiones,
los besos, los gemidos,
con los ruidos de autos
acelerados, con la
cacofonía de sus músicas,
con el crujir de hojas,
y el sonido del viendo

y con los hechos,
las discusiones, los gritos,
los manoteos, con las
veces que habla y no se piensa

y antes del aguacero de las tres
justo antes de que se ponga el sol
sé que no estoy solo

porque tengo mis miedos
mis ganas de ser libre,
de echar todo a la mierda,
de salir corriendo
tras algo totalmente inseguro,
inestable, imposible
con mis ganas de tirar
estas noventa páginas grises
de ciencia que me reclaman
que avance, que termine

y de esos miedos
nace la furia que me acompaña,
que ciega mi nobleza y mi calma,
la que me cambia de silencioso
a ruin elocuente,
la que me mueve y me apasiona,
la de la tribuna, la que me saca
el orador, el hombre de masas,
poeta, palabra, púlpito,
corazón que late y sangra verdades

y cuando ya me nace
la calma, y baja la
temperatua, sé que no estoy
solo

estoy con la cerveza,
con los pies levantados,
con los ojos que se cierran
y recordando sus ojos
y su cintura,
me tumbo en la cama
casi muerto, junto a ella,
y empieza el duelo
entre mi moral
y mi pasión,
y poco a poco
va muriendo el que fui
hoy, el mísero instante
de veinticuatro horas
que fui

y mis ojos pequeños
se cierran poco a poco,
mientras doy tumbos
buscando tu cuerpo
sin encontrarlo,
me muevo, lucho,
resisto, pero al final,
sé que no estoy solo

porque están mis sueños,
y en ellos estamos,
libres, soberanos,
felices, y al final
no estoy solo