Otra vez
frente a esa puerta de cristal,
frente a la tumba de este amor natimuerto
Hoy no vengo buscándote a ti;
la busco a ella
por que ella sabe lo que yo siento,
busco a la poetisa,
a la musa que me entiende y consiente
Solo ella puede entrar en tus sueños a decirte, a contarte
a dejarte una muñeca de ropas tejidas a mano,
besarte los ojos, como tal vez yo lo haría,
yo se que guardará mis pedazos como antes,
en alguna caja de zapatos del éter, del recuerdo,
Flores como pago a los favores que me hiceras,
te dejo el recuerdo de este amor
del que fuiste confidente, chofer, bibliotecaria,
te dejo mis respetos más sinceros,
creció y anda más bella que nunca...
Un cosmoespacio, en la astropista, lleno de grafiti sideral.
Copyright (c) Pedro J. Rivera Torres.
Todos los derechos reservados/All rights reserved, 2021.
www.pedrojuanrivera.com
miércoles, 27 de agosto de 2008
Rapunzel
todas las niñas quieren ser princesas
es lo que les enseñan; que un día
vendrá ese caballero ideal,
de armadura brillante,
que habrá de rescatarlas de su desdicha
y se lo imaginan, un tanto parecido a papá,
valiente, gentil, hábil, fuerte
todas las niñas quieren un caballero,
en blanco rocín, espada y lanza,
guerrero incansable,
salvador de princesas
todas las niñas quieren que les cante,
y que con su lira les hable de sus luchas,
de dragones verdes que ha matado
por llegar a su rescate
todas las niñas quieren un caballero poeta
de armadura brillante
pero pasan los años, y se asoman al balcón,
y no hay rastro, ni brillo, ni lira,
ni los ruidos del corcel
y crecen pensando que jamás vendrá,
que ha sido otro engaño de los padres,
que viven solo en los cuentos de hadas
por que las niñas no son princesas
y se extinguieron los caballeros
en este tiempo tan cambiado
ya no hay espacio para mi estirpe,
ya hemos sido desplazados por la Internet
y no hay liras, ni poemas de amor
por eso me encuentro frente a esta torre
esperando a que me lanzes tu trenza
ensangrentado por matar al dragón,
envejezco, espero, y no pasa nada
es lo que les enseñan; que un día
vendrá ese caballero ideal,
de armadura brillante,
que habrá de rescatarlas de su desdicha
y se lo imaginan, un tanto parecido a papá,
valiente, gentil, hábil, fuerte
todas las niñas quieren un caballero,
en blanco rocín, espada y lanza,
guerrero incansable,
salvador de princesas
todas las niñas quieren que les cante,
y que con su lira les hable de sus luchas,
de dragones verdes que ha matado
por llegar a su rescate
todas las niñas quieren un caballero poeta
de armadura brillante
pero pasan los años, y se asoman al balcón,
y no hay rastro, ni brillo, ni lira,
ni los ruidos del corcel
y crecen pensando que jamás vendrá,
que ha sido otro engaño de los padres,
que viven solo en los cuentos de hadas
por que las niñas no son princesas
y se extinguieron los caballeros
en este tiempo tan cambiado
ya no hay espacio para mi estirpe,
ya hemos sido desplazados por la Internet
y no hay liras, ni poemas de amor
por eso me encuentro frente a esta torre
esperando a que me lanzes tu trenza
ensangrentado por matar al dragón,
envejezco, espero, y no pasa nada
final
acabó como acaban las tardes
en la costa sur,
pero esta vez el sol que se extingue
no se levantará como un fénix al día siguente
acabó con mi felicidad en una tarde
con todo aquello que deseé
y vi tan cerca,
me dejó un sabor a posible
que no se me borra,
y un olor a destierro y sombra
que no se me quita
acabó el sueño en el cual estaba odre,
y las columnas de todo cuanto fue ideal
sucumbieron ante la presión de la dolorosa verdad
acabó el encontrarmela a escondidas,
para darle un beso de esos que sacan auras,
contabilizar sus lunares y sus marcas,
para respirar la esencia de su pelo
acabó con mi anhelo y mi musa,
con mis sueños y mi niña,
secó mi río dejando un cauce vacío
arrancó todas las páginas del libro
y llenó mi árbol de un otoño sin fin
acabó con todo de golpe y porrazo,
como siempre, por que en realidad
yo solo fui un deseo, una curiosidad,
una cosa que se quedó en el tintero,
uno de esos inevitables, pero al final
imposibles
en la costa sur,
pero esta vez el sol que se extingue
no se levantará como un fénix al día siguente
acabó con mi felicidad en una tarde
con todo aquello que deseé
y vi tan cerca,
me dejó un sabor a posible
que no se me borra,
y un olor a destierro y sombra
que no se me quita
acabó el sueño en el cual estaba odre,
y las columnas de todo cuanto fue ideal
sucumbieron ante la presión de la dolorosa verdad
acabó el encontrarmela a escondidas,
para darle un beso de esos que sacan auras,
contabilizar sus lunares y sus marcas,
para respirar la esencia de su pelo
acabó con mi anhelo y mi musa,
con mis sueños y mi niña,
secó mi río dejando un cauce vacío
arrancó todas las páginas del libro
y llenó mi árbol de un otoño sin fin
acabó con todo de golpe y porrazo,
como siempre, por que en realidad
yo solo fui un deseo, una curiosidad,
una cosa que se quedó en el tintero,
uno de esos inevitables, pero al final
imposibles
Deja Vu
Pensé: Esto ya lo viví
por que te tuve en mis brazos
bajo un techo de madera que cantaba,
y busqué tu beso y no lo hallé
Pensé: esto ya lo viví
por que bebí de tus labios,
te abracé fuerte para enterrarme en ti,
y fue un minuto fugaz y eterno
dije: lo viví en la carne,
en mis vísceras, con dolor,
los ojos, con el llanto de lo imposible,
manos que aún guardaban tus formas
y tenían tu aroma
lo viví en el alma que no tuve jamás
pero en la que casi creí junto a ti,
en el dios que siempre me evadió
pero que casi se reflejó en tus ojos,
en la fe que nunca fue mía, pero
que casi sentí verdadera
y creí, por un momento
en las visiones de futuro,
premoniciones, en soñar despierto,
en tardes rojas y calurosas,
en un balcón mirando al horizonte,
en una casa poblada de recuerdos,
en envejecer, creí,
y creí haber vivido todo esto,
tal vez en otra vida que no tuve,
pero por una fracción de segundo
tuve la certeza
de haberlo vivido contigo,
pero solo fue una ilusión pasajera,
un dèja vu, vacío e inconducente
por que te tuve en mis brazos
bajo un techo de madera que cantaba,
y busqué tu beso y no lo hallé
Pensé: esto ya lo viví
por que bebí de tus labios,
te abracé fuerte para enterrarme en ti,
y fue un minuto fugaz y eterno
dije: lo viví en la carne,
en mis vísceras, con dolor,
los ojos, con el llanto de lo imposible,
manos que aún guardaban tus formas
y tenían tu aroma
lo viví en el alma que no tuve jamás
pero en la que casi creí junto a ti,
en el dios que siempre me evadió
pero que casi se reflejó en tus ojos,
en la fe que nunca fue mía, pero
que casi sentí verdadera
y creí, por un momento
en las visiones de futuro,
premoniciones, en soñar despierto,
en tardes rojas y calurosas,
en un balcón mirando al horizonte,
en una casa poblada de recuerdos,
en envejecer, creí,
y creí haber vivido todo esto,
tal vez en otra vida que no tuve,
pero por una fracción de segundo
tuve la certeza
de haberlo vivido contigo,
pero solo fue una ilusión pasajera,
un dèja vu, vacío e inconducente
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