sábado, 3 de octubre de 2009

Isla

Yo también soy una isla,

todo un borde infinito de costa quemada

por el sol de esta ciudad


una cordillera central

de dos montes pequeños

y uno grande y deforestado


yo también tengo ríos

que fluyen con exceso

de azúcar y fármacos


sobrepoblado, habitado

en más de setenta y ocho partes,

venas por carreteras


azotado por los vientos

del pasado, presente y futuro,

pasiones huracanadas


yo también soy una pieza

en el rompecabezas que flota

entre dos cuerpos de agua


parte de un archipiélago

de cabezas en las aceras,

en un trópico de asfalto

ya no me basta

En algún momento me bastó saber

que existías,

pensarte en silencio, entre lo cotidiano


Imaginarte como en aquellos días,

entre sonriente y perdida,

nostálgica y redonda


Hubo un tiempo en el que fuiste un invento,

un fantasma,

la evolución de un recuerdo


Y llegó el momento en el que

decidí tomar las armas del valor para llamarte

sin esperar sólo un eco


Y no sé si me sirvió de nada

despertar los sentimientos,

los inventos y los cuentos sin acabar,

porque no acaba tu risa


Y en lo profundo de esta alma que no tengo,

hay un latido que casi desaparece

que cada vez se hace menos presente


En algún momento me bastó el recuerdo de tu boca,

de tus dientes separados,

tu pelo oscuro


Desear intensamente lo que no tuve,

recrearte vacía e inventada

sobre mi músculo


Pero ya me sobran los inventos,

y los recuerdos de niño curioso

brotan de mis poros con verdes hojas


Y quiero los sacrificios,

la carne, la sangre,

la comunión de los cuerpos


Tu vientre como un altar,

mis manos repiten signos

místicos sobre tu cuerpo


Y es que el silencio no basta,

no alimenta, sólo siembra deseo.