Mañana quiero escribir un
libro de música en tu cuerpo.
Comenzaré sin prólogo,
por que no necesito explicaciones.
Me quedaré con el índice en el pecho,
por que es el de tus deseos.
Sobre tus pechos tatuaré
una canción de papilas gustativas.
En tus costillas, como una marimba,
entonaré una canción de Silvio.
En tu ombligo haré una pausa, larga, húmeda, profunda,
como un silencio de redonda.
Apretaré tus caderas fuertemente,
a dúo de manos.
Sobre tu sexo escribiré cinco líneas,
sobre las que pondré las notas de un mojado solo de saliva.
Tus nalgas me servirán de epílogo,
de bonus track.
Y regresaré cansado a tu boca
para silbar un adiós.