miércoles, 21 de diciembre de 2005

Sofía

Aunque nadie sabe como serás

Sofía te estoy amando

y este momento habitas

en los rincones más cálidos de mi alma

y en ellos te alimento con el suero vital

de mis sueños mudos

que son sangre y glucosa llenas de recuerdos

aquellos que no les confieso a nadie que no sea papel


Aunque lloro a solas por tu inexistencia

Sofía te estoy amando

como a aquella Sofía de mi infancia

llena de plata y surcos

que me quiso como su nieto

y me brindó la calidez y el beso

de su pecho marchito por los años

la que quise como a pocos

la que guardo en el rincón más lejano del alma

junto a tu placenta de éter,

la que un día supe que murió

y la lloré en silencio por que era

lo último que quedaba de aquél niño que fui


Aunque nunca te veré crecer

Sofía te estoy amando

con tu cabello rizo sobre tus hombros

y tus ojos verde amarillo

pequeños como los míos

con unos labios finos que un día

besaran la boca de un mulato

bajo un árbol de jacarandá

en una puesta de sol

que recordarás toda tu vida


Aunque nunca seré tu padre

Sofía te estoy amando

y amo el torrente de sangre

que nunca fluirá de entre las piernas de tu madre

y la grasa en la que viene tu piel protegida

y el primer grito de dolor que darás en este mundo

tan ruin y despreciable

que no me deja tenerte

por que el universo no está preparado para recibirte

y por eso serás siempre semilla y un recuerdo

de lo que pudo ser