viernes, 11 de mayo de 2007

Nana para mi niña

Un día escribí esta nana
para una hermosa niña
de cabellos rizados
y gracia de bandera,
que ha de nacer en tierra
de danzas y de selvas
en el centro de un valle
de eterna primavera

En el valle que un día
en un ave de hierro
sobrevolé hechizado
por su hermoso contraste
el rojo de su suelo
que se volvió mi sangre
y el verde su selva
que por mi piel se esparce

Yo la invoqué en mi sueño
cual místico conjuro
de hechicero de notas
de brujo enamorado
yo me inventé su piel
como luna menguante
yo dibujé su pelo
color de miel, rizado

Yo la quise en mis brazos
para con suave ritmo
dormirla con el canto
dulce de mi canción
escuchar sus gemidos
su rápido respiro
y en su trémulo pecho
sentir su corazón

Yo le canté canciones
que le inventé a sus ojos
para que se durmiera
sobre mi pecho triste
Ella se me parece
al mar embravecido
que con latente fuerza
sobre la piedra embiste

Duerme mi niña hermosa
duerme mi niña mansa
duerme trozo de cielo
duerme dulce canción
duerme mi cebollita
risueña de ojos buenos
duérmete niña amada
de mi imaginación