martes, 29 de noviembre de 2016

el amor que quiero

hoy quiero desaprender
la manera burguesa
de convertir el amor
en una posesión

a ver si mi corazón
poquito a poco empieza
a romper las ataduras
de la confusión

quiero un amor vulnerable
un amor urgente,
yo quiero un amor que fluya
yo quiero un amor

que viva libre de culpas,
libre de la gente,
que me presente su cara,
de rayos de sol

Que viva el amor de iguales
el amor que nunca amarra
a ese yo quiero cantarle
con coplas en mi guitarra

Viva el amor que respeta
que quiere, sin posesión
ese es el amor que quiero
tener en mi corazón

que sienta urgencia de amar
pues la vida se agota,
y cuando menos lo esperas
todo terminó

que no sea un amor cobarde
que sepa de notas,
que sea un amor de arpegios
un amor canción

un amor iconoclasta
que destruya altares
un amor materialista,
dialéctico amor

yo quiero un amor que suelte,
amor de cantares,
yo quiero un amor de ciencia,
de letras, cantor


Que viva el amor de iguales
el amor que nunca amarra
a ese yo quiero cantarle
con coplas en mi guitarra

Viva el amor que respeta
que quiere, sin posesión
ese es el amor que quiero
tener en mi corazón

ese es el amor que quiero
tener en mi corazón

un amor que se respete
como la respeto yo

que sea compleja y sencilla
mi semilla, mi ecuación

que le apasione la alquimia,
y la ciencia, y la razón

y que nunca me utilice,
que no me diga ladrón

que a veces volemos juntos
y otras ella, y otras yo

no soy de ella ni ella es mía
somos uno siendo dos

y que diga lo que piensa
para entenderla mejor

jueves, 17 de noviembre de 2016

Azul

I
want it to be true
and I have no clue
but I see your smile
and love when you lie

You
are starting to fall
but you want it all
you're afraid to fail
you're scarred, and you're frail


would like you to say
you won't go away,
that you'll always stay
You
are always so blue,
like your eyes, so blue

I
would love that one day
my pain goes away
I'm hurt and alone
with nowhere to go

You
deciphering words
the songs of my birds
have some complex notes
and have other hopes


would like you to say
you won't go away,
that you'll always stay
You
are always so blue,
like your eyes, so blue

lunes, 14 de noviembre de 2016

preparando

me estoy preparando
para el peor de los casos

para que todas estas notas,
estas palabras
que me nacen
se cancelen con otra señal
de la misma intensidad y fase opuesta

para que cierres los ojos,
los oídos,
para que la necedad
me niegue mi minuto

me estoy preparando
para bifurcar senderos

para que tal vez seas
un origen, un ancestro,
y ser otra especie
con otro nombre en Latín

para psicoanalizarme
y descubrir
que tengo que fluir

y desatarme del amarre del ego,
librarme de todo tu bien, amén,

soltar el ancla de la razón
y ser como la marea,
como el agua del río

para entender que no hay nada que entender,
para reconectarme con el ser,
y dejarte ir, si es necesario,

para romper en pedazos el altar
y ser libre

jueves, 10 de noviembre de 2016

Rednecks, Elecciones en EEUU y Trump

Pienso que echarle la culpa a los "rednecks" de que eligieron a Trump es condenar una parte de la clase trabajadora estadounidense que ha sufrido terriblemente los embates del capitalismo salvaje. 

Decirles brutos, ignorantes, etc. lo único que logra es perpetuar el odio y la tensión entre seres humanos que lo que necesitan es ser solidarios unos con otros. En el contexto de la guerra/lucha de clases, lo importante es reconocer que el enemigo es el opresor y no los otros oprimidos.

La clase trabajadora "redneck" estadounidense necesita tener conciencia de clase e identificar que su enemigo no es el trabajador foráneo, el inmigrante, el trabajador negro o el latino. Su enemigo es el capital, especialmente el capital transnacional, que se ha llevado trabajos de su país para empobrecerlos tanto a ellos como al país en donde se mudan los trabajos.

El problema del obrero redneck estadounidense se resuelve con educación, con consciencia de clase, con instrucción y organización obrera. Increíblemente a principios de siglo pasado se hicieron grandes avances en esta dirección, pero el neoliberalismo ha echado hacia atrás muchos de ellos.

Hay que ver esto como lo que es: un problema causado por la lucha de clases. Todas estas son técnicas que la clase opresora siempre ha utilizado, pero que se canonizan en el trabajo de Joseph Goebbels: La polarización de la sociedad, la sobre simplificación, el enemigo único/agrupado (los inmigrantes que nos quitan los trabajos (falso), los gays que están corrompiendo moralmente nuestra sociedad (falso), etc.), la vulgarización a la misma vez que se les tilda de elitistas (ejemplo clásico de la propaganda de Goebbels; los judíos eran grandes intelectuales elitistas, pero a la vez eran sucios), la creencia de la unanimidad, o que todos en este grupo piensan igual y por tanto tú debes hacerlo, etc.

Todo esto es una estrategia de diseño, construida para dividirnos como clase en pequeños intereses de forma tal de que nos destruyamos, como clase internacional, unos a otros. Divide y vencerás.

El redneck no es mi enemigo. Es alguien como yo, condicionado por el fascismo y el nacionalismo a pensar que yo soy su enemigo, cuando en realidad lo que tenemos que hacer es caminar juntos. Toda esa confrontación la crea el opresor para dividir y conquistar. En cuanto nosotros promovamos ese odio contra nuestros pares, seguiremos en el limbo. No hay más salvación que no sea la organización de los trabajadores, ya sean inmigrantes, negros, blancos, o de cualquier sub-grupo diseñado por los burgueses, y posteriormente la toma del poder y las estructuras. 

Nuestro trabajo es educar la masa trabajadora y dejarles saber que estas divisiones son una estrategia diseñada por el opresor y el capital para dividir. Creo que junto a ellos podemos escribir una nueva página en la historia de los EEUU y devolverle el "red" a la palabra "redneck".

Sigo siendo

Yo sigo siendo el mismo
de quien una vez te enamoraste;
revolucionado, mutado,
tal vez más gordo y arrugado,
pero soy.

Sigo siendo el niño que te hacía reír,
el medio payaso, medio poeta,
tu cantante y compañero

Sigo siendo el que no se aguanta nada adentro,
ni un dolor, ni un pedo, ni una lágrima

Sigo siendo el mismo, pero sin dios,
igual, pero comunista,
tan culpable de tu risa como antes,
pero más viejo

y es que el centro no cambió aunque seamos otros,
te siento igual y debe ser por eso
que te busqué antes de ese día,
porque a pesar de todo,
siempre fui fiel a tu abrazo

Sigo siendo el mismo que buscaba tus versos,
el mismo al que pedías más canciones,
pero con más repertorio
y algunas veces pienso en cuando dormíamos
tomados de la mano,
y siento nostalgia

sigo siendo el mismo,
viejo, gordo, cascarrabias,
desordenado, y tuyo.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Lobo, el patio y la vida

Hace más de cinco días que se perdió Lobo. Le pusimos Lobo porque se nos pareció mucho a una foto de un lobo gris que vimos hace algunos años, aunque le debimos haber puesto Bobo, porque no le ladraba a nadie. Eso sí, aullaba. Como si le estuvieran arrancando las entrañas. Lobo era un maestro del escape, y podía zafarse básicamente de cualquier amarre. No se podía dejar suelto porque se comía las gallinas de los vecinos y se metía sin permiso en sus casas. Era muy amoroso, muy noble, y yo nunca pude comprenderle bien, aunque sí pude darle amor.

Esa nostalgia de Lobo me ha llevado a hacer varias locuras, como tomar una pausa de la escritura de mi disertación y bajar a la parte de mi patio que nunca visito.

Hace varios días bajé para rescatar dos racimos de guineo que había; uno de ellos en la parte más baja. Me recordé recientemente que los había acercado (no los pude subir por lo mojado y resbaloso del terreno), y decidí bajar con una cuchilla para cortar las manos que estuvieran mejorcitas para consumir.

Descubrí que mi patio es como otro planeta; el que me ayuda a cortarlo recientemente regó un herbicida que por fin me dejó pasar hasta la colindancia. Las jacarandas de atrás están hermosas, igual que los árboles de panapén. Pude llegar hasta la palma, y comprobé que pasa una escorrentía por allí. En este pueblo llueve todos los días, así que mi patio está eternamente enfangado.

Mientras cortaba los guineos, varias sabandijas salieron de entre los frutos. Arañas, lagartijas, hormiguitas... todas temerosas de mi. Resbalé varias veces por lo inadecuado de mis zapatos, aunque pienso que hasta con botas de trabajo hubiera sido igual.

Cuando decidí ir hasta la colindancia, me resbaló la pierna izquierda y caí de culo al suelo. Yo que le tengo terror a las caídas por mis varias operaciones en las piernas, sentí una risa incontenible al caer, tan suave, tan guanábana podrida, al suelo. Me caí otra vez, mucho más suave que la vez anterior, y resbalé una gran cantidad de veces.

Y me di cuenta que mi vida en estos meses ha sido como esa travesía corta hasta la parte de mi patio que no visitaba; tuve unas grandes caídas de las que me repuse y me voy reponiendo, y voy resbalando en un terreno permanentemente mojado y enfangado. Pero voy, sin pausa, buscando lo que deseo. Y al igual que con los guineos, no pude traerme todo lo que quise. Primero, porque no me los podría comer todos por más deliciosos que estén. Segundo, porque no soy capaz de dar muchos viajes para hacerlo. Y tercero, porque mucho se echó a perder, pero yo tomé lo que necesitaba y disfruté. Y aprendí, que Lobo no solo era un perro noble, tonto y amoroso, sino que además era un aventurero hábil y audaz. Porque cada vez que se escapaba, cruzaba con agilidad acrobática ese patio que me dio tanto trabajo cruzar.

Extrañaré a Lobo, tanto como a Víctor, mi eterna mascota.

Minga


Esta es mi abuela, Dominga Miranda Torres. Tiene 93 años. Junto a ella, mi tío, José Ángel Torres Miranda, que se parece muchísimo a mi cuando pequeño. A su edad, mi abuela no parece un día más vieja de 70. Mi abuela, para mi, siempre ha sido un símbolo extremadamente contradictorio. Por una parte, tengo una gran admiración por su carácter, determinación, fuerza y presencia, y por ser una mujer anacrónica; no se dejó joder. Venció el machismo de mi abuelo en innumerables ocasiones, estudió en un tiempo donde no había oportunidades para su género, ejerció diferentes profesiones y siempre tuvo lo suyo, independientemente de lo que mi abuelo fuera capaz de producir. Pero a la misma vez estuvo siempre limitada por lo que su ambiente le permitió hacer, y ha tenido unas opiniones que yo no comparto. Por sobre todo siempre la he amado, y tengo que decir que ha tenido conmigo un favoritismo que no se veía en sus otros nietos. Y sí, siempre ha sido correspondido el amor.

Desde hace unos meses tiene demencia senil, que ha progresado de forma muy, muy rápida. Mi padre, su yerno, que fue quien la atendió hace poco, dice que puede identificar exactamente el momento donde mi abuela empezó a perder toda memoria.

No sé si alguno de ustedes haya pasado por esto, pero no hay cosa más terrible que el que una persona que amas no te reconozca. Conscientemente yo podía comprender los procesos que posiblemente están influenciando sus neuronas y que le impiden reconocerme, pero el que no supiera quien soy me inhabilitaba completamente en ocasiones. 
Verla desvanecerse poco a poco (pero en cuestión de días, semanas, meses) y ser incapaz de saber dónde está, qué hace... 

Ya son pocas las personas que reconoce. Hace poco atrás me confundió con alguien y me dijo: "¡Pendeeeeeeejoooooo coooooooñooooooooooo!". Confieso que me hizo reír.

Pero duele mucho verla y que no pueda hacer todo lo que hasta hace poco era capaz de realizar. No solo eso, sino tener que ayudarla a realizar las cosas más básicas, como mantenerse sentada, cambiarse, y hasta defecar. Nunca en la vida me hubiese imaginado que tendría que ayudar a mi madre a limpiar a mi abuela. Para mi, mi abuela era inmortal...

Sobrevivió el nacer flaca y desnutrida (por eso le dicen Cosero, cosa), el hambre, la miseria, la pobreza más triste de la opresión colonial. Crió sus hijos y vio morir joven uno de ellos. Vivió tanto, y tan duro... Y ahora va desapareciendo.

Y me pregunto si es digno, si es justo. Me pregunto si yo quiero tener 93 años y ni siquiera recordarme cómo cagar, quienes son los que me rodean, dónde estoy y en qué época vivo.

Y no quiero ser un residuo de lo que fui, como hoy es Minga.