jueves, 20 de enero de 2011

no la llames

No la llames tanto
tú sabes que en realidad
no quieres que llegue

Hace mucho ya
que la tuviste muy cerca

aquél día, aquella única vez
que nos amamos

la sentiste,
profundo, se materializó

pero entonces te sentiste vieja
dijiste: es muy tarde,
ya no es oportuna su llegada

y pensaste en lo que dirían todos
si llegara,
porque en realidad él no la espera

no solo no la espera
es claro que no la querría cerca;
ya se aseguró de no lograrlo

pero yo sí,
y prepare la tierra
para que la recibiese

agarré pico y azada,
pelé monte, aré profundo,
y logré hacer surco

y luego en tu mente
saboteaste toda la preparación,
esa utopía que hubiese sido
su llegada

te pensaste sola,
fracasada,
y dijiste no

y las células,
que tienen características emergentes
cuando se juntan, se dieron cuenta
de que era mucho mejor
ejercer su derecho a la apoptósis

por eso no llegó
su sangre se esparció
sobre las aguas
y nunca fue

así que no la llames más
el recuerdo microscópico
de lo que nunca fue
te implora paz