San Juan te extraño
y no extraño tus adoquines hundidos,
ni tus noches de galería
no me hace falta Rio Piedras
ni los tecatos, ni el tránsito,
mucho menos la vida a prisa
extraño la soledad que me diste,
los momentos de descubrime,
las canciones que escribí
extraño conversaciones
que jamás se pronunciaron,
cada verso electrónico
san juan, extraño los viajes a la semilla,
el olor a humedad de mi cuarto y el frío,
mi amada soledad de ermitaño
Un cosmoespacio, en la astropista, lleno de grafiti sideral.
Copyright (c) Pedro J. Rivera Torres.
Todos los derechos reservados/All rights reserved, 2021.
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sábado, 23 de agosto de 2008
a mi hija
Al sur de mi cuerpo
prepararé cuidadosamente
la mitad de tu carne
te sembraré con deseo,
saldrás disparada con la más hermosa fuerza,
habitarás otro cuerpo y te extrañaré
tendrás el arte de la multiplicidad,
y de una serás dos, de dos, cuatro, y de cuatro, millones,
millones míos, millones de ella
vendrás de un río de dolor y sangre,
de lágrimas y risas,
vendrás con fuerza y te amaré
tendrás su nariz,
su boca, mis rizos,
mis manos, mis notas,
su risa y mis ojos
me sentaré cada noche
a cantarte hasta el sueño,
dormirás vigilada
por Beethoven y Bach
Seré tu confidente,
tu cómplice,
tu verdugo,
la causa y raíz de todas tus neuras,
tus filias y fobias,
el tirano del cual te rebelarás algún día,
buscarás mis manos y mi voz
en los que pretendan besarte
seré tu aliento, tu compañero de juegos,
tu maestro, tu fanático número uno,
tu pareja de baile, tu entrenador
y un día te veré partir
del nido al que regresarás
varias veces al año,
cuando decidas hacerte mujer
y enfrentarte al mundo
y me sentaré en mi sillón en el balcón
cada tarde a ver tus fotos,
a extrañar tus pasos tambaleantes,
tus dibujos en crayones y témpera
y un día me taerás las semillas de tu árbol,
y te veré con orgullo a los ojos,
mi mitad mejor, mi pedazo de sol,
y al partir te diré que te amé sin saberte
el día en que te vi cubierta
de sangre y de vernix caseosa
y me iré feliz
prepararé cuidadosamente
la mitad de tu carne
te sembraré con deseo,
saldrás disparada con la más hermosa fuerza,
habitarás otro cuerpo y te extrañaré
tendrás el arte de la multiplicidad,
y de una serás dos, de dos, cuatro, y de cuatro, millones,
millones míos, millones de ella
vendrás de un río de dolor y sangre,
de lágrimas y risas,
vendrás con fuerza y te amaré
tendrás su nariz,
su boca, mis rizos,
mis manos, mis notas,
su risa y mis ojos
me sentaré cada noche
a cantarte hasta el sueño,
dormirás vigilada
por Beethoven y Bach
Seré tu confidente,
tu cómplice,
tu verdugo,
la causa y raíz de todas tus neuras,
tus filias y fobias,
el tirano del cual te rebelarás algún día,
buscarás mis manos y mi voz
en los que pretendan besarte
seré tu aliento, tu compañero de juegos,
tu maestro, tu fanático número uno,
tu pareja de baile, tu entrenador
y un día te veré partir
del nido al que regresarás
varias veces al año,
cuando decidas hacerte mujer
y enfrentarte al mundo
y me sentaré en mi sillón en el balcón
cada tarde a ver tus fotos,
a extrañar tus pasos tambaleantes,
tus dibujos en crayones y témpera
y un día me taerás las semillas de tu árbol,
y te veré con orgullo a los ojos,
mi mitad mejor, mi pedazo de sol,
y al partir te diré que te amé sin saberte
el día en que te vi cubierta
de sangre y de vernix caseosa
y me iré feliz
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