sábado, 25 de abril de 2009

momentos

Hay momentos en que la cordura
no me permite dejarte mensajes públicos
que te digan lo que siento

hay momentos en que no contesto el teléfono
aunque debería

hay momentos en que quisiera tragarte
para que no pudieras escapar de mi
y sentirte en todo momento

hay momentos en que quiero gritar,
llorar, romper, ser un huracán

hay momentos en que te miro
y eres una adolescente
de piernas grandes y sonrisa hermosa

hay momentos en los que los momentos
son infinitas fracciones de fracciones de segundos
en los que no hay tiempo, y no se acaba tu presencia

hay tiempos de lluvia que levantan el polvo
y el olor a campo se aloja entre tu cuello
y tu pelo, y te aspiro

en todos estás, y en todos eres imprescindible

Jorge

yo sé que andabas en lo tuyo

en tu nube extraña, con tus traqueteos

yo sé que no todo lo que hacías era bueno

y desde pequeños siempre estuviste ahi,
pero nunca fuimos cómplices de juegos

nunca fuiste fácil de perder de vista,
nunca fuiste persona de timidez

bien sabe mi madre que el inglés
nunca fue tu fuerte,
que ciertos conocimientos
huían de tus neuronas

que sustituiste el Manual del Guerrero de la Luz
por las instrucciones de un AK-47,
la música clásica
por secretas canciones de la vida en crudo

y aunque somos doctos en caminos vividos,
en el jardín los nuestros se bifurcaron,
como las venas en el cuerpo

no sabes que me dejas un vacío
de nostalgia de jóven,
de un tiempo más sencillo

no sabes que agradezco tu nobleza
tu bondad de gigante inocente

todos somos responsables,
te fallamos y ahora solo nos queda
despedirte y rogar que no se repita

sem nome

Nunca seré el que regrese a buscarte,
el de la sobredosis de pastillas,
el exiliado

y menos el primero, el protector
el aburrido

me niego a ser el impostor,
el falso profeta, el cobarde,
el picaflor que hiere con insultos tus oídos

no seré el de la venganza,
el de la prisa, el de la autosatisfacción

no tienes que enseñarme a bailar,
yo te diré sobre los valses en seis por ocho,
sobre la samba y los cuerpos sudados

no puedo ser el inseguro,
el de los toques medidos al cuerpo,
y cuidado excesivo a lo material

las flechas mías van en círculos,
no llevan a placeres vacíos ni abandonos,
te llevan a mirar adentro y descubrir quién eres

pero siempre seré el de la mano extendida,
el necesario, el que escucha el eco de tus latidos,
el que te despierta con un beso fantasma en las noches