domingo, 31 de agosto de 2008

soy

soy fragmento de asteroide
metal de otro mundo
que se estrella contra este

eres la tierra contra la que choqué,
solo tienes que mirarte la piel
para ver mis fragmentos oscuros sobre ella

soy un vagabundo, un paria,
un alguien sin tierra
que deambula libre

eres las calles donde duermo,
el verde de la grama,
los caminos de mi libertad

soy un aprendiz de brujo,
alguien que juega a la magia,
un hechicero

eres el grimorio,
el libro donde están escritos
los hechizos en sangre

soy un trovador,
otro más que le escribe canciones
a la vida y los sucesos

eres el motivo, la musa,
la inspiración, cada verso,
las notas y tiempos de mis canciones

soy un poeta,
le escribo al amor que perdí,
al que regresa y al primer amor

eres todos esos amores, el primero y su inocencia,
el perdido y doloroso amor que te persigue,
mi obsesión que vuelve en ciclos, mi tormenta

soy un hombre, un árbol, un río vivo,
dos manos heridas, secas y encallecidas,
un cuerpo marcado y deforme

eres mi historia, mis recuerdos,
mi presente doloroso y dulce,
la primera cosa en la que pienso en la mañana

solo la muerte

abrirme las venas, sentir la sangre caliente y lenta,
desangrarme despacio, el mareo y la pesadez,
el rojo abrazo de la sangre brillante y caliente

despellejarme, con un puñal fino,
remover cada centímetro de la piel,
todas y cada una de sus capas

arrancarme los ojos que miraron los tuyos,
que te vieron los pechos, que examinaron tu piel
arrojarlos en el monte y quedarme a oscuras

destrozarme el tímpano, tirar de las orejas
hasta que el cartílago se desprenda,
para jamás escuchar un sonido

con las manos arrancarme las cuerdas vocales,
por que no quiero entonar otra canción
que no sea la del olvido

romperme cada hueso de las manos,
martillar, destruir cada articulación,
y no tener que acariciar una sola cuerda jamás

más que nada poner las puntas en ácido
para quemarme las huellas digitales,
para no sentir tu cuerpo entre mis manos

cada glándula que produce sudor,
reemplazarlas por bolsas con agua,
algo sin olor ni color

apretarme el cuello fuertemente
hasta perder el aliento,
hasta el cansancio

tomar este corazón entre mis manos,
y de un apretón hacerlo detenerse
y hacer trizas sus ventrículos

para olvidarte, solo la muerte... y hoy la espero