Esta pantalla blanca que me mira
que me exige gritando que le escriba
esta fiebre que tengo tan amiga
y el celular que ronca cuando vibra
esta pelea que cansa y que maltrata
esta inseguridad con pesadumbre
esta carga que llevo que me mata
y ganas de estar en la muchedumbre
estos golpes que tengo por vestido
que me amoratan lo vivo y lo muerto
la cama blanca donde estoy tendido
el llanto que me causa tu silencio
estas ganas tan grandes de mirarte
largo cañón donde duerme una bala
el corazón, solo falta que infarte
y la razón, que la perdí en la sala
y en esta decepción, que está profunda
y que no sale, cual mancha de sangre,
se meten sentimientos que se inundan
y poco a poco se mueren de hambre
y como flor al sol hoy me marchito
y como loco ad nauseam te repito
lo mucho que me hieren tus palabras
y de como resecan y desabran
el mundo tan pequeño en el que habito
alguna vez me amaste desde lejos
y buscaba la idea de tu abrazo
y ahora se despiertan miedos viejos
que me rompieron, me hicieron pedazos
alguna vez me diste de tu cuerpo
y comulgué de él a la distancia
y ahora solo me llenas de silencios
me siento traicionado en lontananza
y busco alguna máquina imposible
que en el espacio-tiempo grite y vibre
para que me devuelva a aquél pasado
en el que me dijiste que otro hombre
valía más que yo, y hoy ese nombre
resuena entre mi pecho sentenciado
pero es un ejercicio en masoquismo;
a veces creo que es un espejismo
esto de estar llorando con mi sombra
en oscuros rincones de la casa
en donde las paredes y las tazas
repiten ese eco que le nombra
no busco concesiones ni quimeras
ni quiero coquetear con la tristeza
habría de conformarme que vieras
este cuerpo desnudo que te reza
oh diosa digital que has pisoteado
lo poco que quedaba de este vate
que a tu pecho una vez vivió colgado
y que en este tablero ahora está en jaque
quisiera que te metas en mis ojos,
que pudieras quitarte los abrojos
que no te dejan ver como yo veo
y aunque siento deseos de abrazarte
hoy no tengo valor para mirarte
en mi alma marchito está el deseo
me encojo como feto que descansa,
con el cerebro y cuerpo adoloridos
las ganas y la acción pelean, no transan
y me llena la pena del vencido
quisiera de una vez desdibujarme
soltar los nudos y desenredarme
para secarme al sol, si estoy marchito,
no queda nada que pueda alegrarme
y poco a poco muero al enterarme
que se ha vuelto real hoy otro mito