martes, 1 de enero de 2019

te pensé


Te pensé flotando
en el medio de la nada;
en una negra soledad
sin orillas.

quise lanzarte
un salvavidas,
ser tu faro,
darte rumbo

no importa cual fuera,
pues hace mucho
que no vas por mis caminos

te pensé llorando,
y cada lágrima tenía
exilio, quiebras,
dolores, muerte cerebral

cristales de sal
en el desierto,
fronteras
y al horizonte, un muro

y me puse una túnica
y empuñé la tea,
pero no me seguiste

y juro por los dioses
que no tenía bolsillos
para llevarme nada,
que lo único que tenía
eran duros recuerdos,
viejas fotos

y con tanto alambre de púas
levantaste una cerca,
como la de esa frontera polvorienta

y sigo preguntándome
de que te habrán servido
las cercas, las cajas,
los cerrojos y candados

si siempre se te escapa
un poco de rojo,
una gota de sudor,
un gemido de antaño

de casi tres lustros
haciendo cábalas
con mi nombre de piedra,
con mi nombre de profeta

de esconderte en la noche
para robar un clon
del pasado,
y usarlo de juguete

si fui juguete en un presente,
si creciste y me dejaste en un cajón,
con el polvo y la telaraña

no sé porqué siempre
hay guerra fría,
y siempre soy los soviéticos

y vuelven los refugios,
los chalecos antibalas,
los sistemas antimisiles

y ya yo no estoy para guerras
ni frías, ni calientes,
me falla la mente,
y hay plata en todas partes

y siempre termino herido,
maltrecho, escupido,
abandonado, esperando
a que pasen cien años,
para tener respuestas,
para recibir una migaja.

Mientras sigo esperándola.

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