Si en verdad puedes escuchar las almas,
aquellas que están más allá del mundo corporal,
donde están los espíritus desencarnados,
escucha la voz del mío, que muta, encarna y se desencarna
Si mi espíritu está en constante evolución,
si es verdad que preexiste todo y será eterno,
habré de reencarnar infinitas veces,
por que tu desamor me condena a la imperfección,
a ser inalterablemente infeliz, impuro,
o en viaje a la semilla, de vuelta al creador
le exigiré insurrecto la respuesta a todas mis preguntas
o la condena eterna de Prometeo, que prefiero
a vivir esta vida vacía y ya sin hígado
Si la oración fuera una ley natural,
si fuese un sentimiento innato,
como innata es la existencia de ese tu creador,
si hiciese mejor al hombre,
si fuese un socorro que jamás se niega si se pide con sinceridad,
entonces ese tu dios sería la causa primera de las cosas,
soberanamente justo y bueno,
y no una piedra sin ojos, sin oídos,
falsa deidad de un culto de ignorantes
que jamás escucha, actúa, deidad inmoral e injusta,
producto de la imaginación de algún francés demente,
impostor de hilos invisibles y mesas giratorias
Si pudieses escuchar los espíritus,
si entras en un trance, y oyes voces
que te digan que cada uno responde por las consecuencias de sus actos
que te digan de cómo se desgarran mis entrañas
al recordar que mi sangre está dividida por el mar
y que me llama llorando, reclamando mi regreso
que te digan que te toca reencarnar infinitamente
por que el egoísmo no te dejará alcanzar la máxima perfección,
que te digan que eres solo un espíritu imperfecto,
y no un medio, ni una antena al mas allá
y que las voces que oyes son las de tu ego y tu id
Si de verdad escuchas voces
escucha la mía que te dice
que es mejor estar solo que en tu presencia
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