Un cosmoespacio, en la astropista, lleno de grafiti sideral.
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lunes, 21 de mayo de 2007
El hombre que yo amo...
Cuando me vi en tus ojos
Alguna vez vi en tus ojos
y vi mas que blanco y negro
tal vez una esperanza,
un brillo de ilusión
Alguna vez me vi en tus ojos claros
y vi más que negro, más que rojo
vi el mar reflejarse
vi hojas, verdes y brillantes,
vi ríos que se desbordan en el mar,
montes, senderos que se bifurcan
casi infinitamente,
vi manos seguidas por sonrisas,
y no manos vacías,
Alguna vez vi en tus ojos
y no vi un demonio seductor de ojos claros
no vi el dolor visceral y canceroso
ni el sangrar negro y putrefacto
ni las manos frías,
jamás pude ver la lujuria
y mucho menos la mentira
y la soledad que se siente
en un sótano frío, sintiendo pasar
cada segundo doloroso y relativista
que se dobla y retrasa con el sol,
esa soledad que te envuelve
y te hace viajar a la semilla
tirarte al suelo en posición fetal
sentir tus órganos desintegrarse,
cada base, molécula, átomo, y enlace
de tu código genético, del hilo que teje
tu alma, sentirlo desenhebrarse,
lenta y dolorosamente.
Alguna vez miré esos ojos
y me vi, desnudo y sin máscara,
en un mar de tres colores y lunares,
alguna vez fijé los míos
y penetré más allá de esos
pequeños resquicios coloridos
más allá de mi reflejo
y pude ver una niña de cabellos rizados,
sonriente sobre un monte,
sentada bajo un árbol, viendo un atardecer
que habría un día de primavera ser
promesa de un amor,
un atardecer que se volvió deseo,
añoranza, cuento y mito
Alguna vez vi tus ojos
danzantes sobre un océano de lágrimas
hichados, rojos, adoloridos,
bellos ojos del dolor,
llenos de tristeza hermosa
y al beberme su agua tan salada
les besé con el beso del jamás
y se cerraron
cuando te diste la vuelta para
salir de mi vida
viernes, 11 de mayo de 2007
Nana para mi niña
para una hermosa niña
de cabellos rizados
y gracia de bandera,
que ha de nacer en tierra
de danzas y de selvas
en el centro de un valle
de eterna primavera
En el valle que un día
en un ave de hierro
sobrevolé hechizado
por su hermoso contraste
el rojo de su suelo
que se volvió mi sangre
y el verde su selva
que por mi piel se esparce
Yo la invoqué en mi sueño
cual místico conjuro
de hechicero de notas
de brujo enamorado
yo me inventé su piel
como luna menguante
yo dibujé su pelo
color de miel, rizado
Yo la quise en mis brazos
para con suave ritmo
dormirla con el canto
dulce de mi canción
escuchar sus gemidos
su rápido respiro
y en su trémulo pecho
sentir su corazón
Yo le canté canciones
que le inventé a sus ojos
para que se durmiera
sobre mi pecho triste
Ella se me parece
al mar embravecido
que con latente fuerza
sobre la piedra embiste
Duerme mi niña hermosa
duerme mi niña mansa
duerme trozo de cielo
duerme dulce canción
duerme mi cebollita
risueña de ojos buenos
duérmete niña amada
de mi imaginación
jueves, 3 de mayo de 2007
Sol naciente
sé que alguno de estos días nacerá un sol en tu vientre
comenzando como nube ionizada se dispersa
y que en tu útero fértil se comprime con tal fuerza
muy inestable al comienzo, dinámica y armoniosa
purificación por fuego que se concentra silente
Transfigurándose en disco disipador de energía
en un calor calcinante que desde tu vientre surge
en mil luces que se esparcen desde el centro de tu ombligo
azul protoestrella hermosa que se riega por tu espacio
un día atardecerá al sur de tu cuerpo amplio
y de tu polo magnético habrá de nacer un astro
lloraré porque ninguno de sus átomos de hidrógeno
saldrán de la sopa cósmica de la sangre de mi cuerpo
miércoles, 2 de mayo de 2007
Medium
Si en verdad puedes escuchar las almas,
aquellas que están más allá del mundo corporal,
donde están los espíritus desencarnados,
escucha la voz del mío, que muta, encarna y se desencarna
Si mi espíritu está en constante evolución,
si es verdad que preexiste todo y será eterno,
habré de reencarnar infinitas veces,
por que tu desamor me condena a la imperfección,
a ser inalterablemente infeliz, impuro,
o en viaje a la semilla, de vuelta al creador
le exigiré insurrecto la respuesta a todas mis preguntas
o la condena eterna de Prometeo, que prefiero
a vivir esta vida vacía y ya sin hígado
Si la oración fuera una ley natural,
si fuese un sentimiento innato,
como innata es la existencia de ese tu creador,
si hiciese mejor al hombre,
si fuese un socorro que jamás se niega si se pide con sinceridad,
entonces ese tu dios sería la causa primera de las cosas,
soberanamente justo y bueno,
y no una piedra sin ojos, sin oídos,
falsa deidad de un culto de ignorantes
que jamás escucha, actúa, deidad inmoral e injusta,
producto de la imaginación de algún francés demente,
impostor de hilos invisibles y mesas giratorias
Si pudieses escuchar los espíritus,
si entras en un trance, y oyes voces
que te digan que cada uno responde por las consecuencias de sus actos
que te digan de cómo se desgarran mis entrañas
al recordar que mi sangre está dividida por el mar
y que me llama llorando, reclamando mi regreso
que te digan que te toca reencarnar infinitamente
por que el egoísmo no te dejará alcanzar la máxima perfección,
que te digan que eres solo un espíritu imperfecto,
y no un medio, ni una antena al mas allá
y que las voces que oyes son las de tu ego y tu id
Si de verdad escuchas voces
escucha la mía que te dice
que es mejor estar solo que en tu presencia