sábado, 24 de agosto de 2019

Estoy aquí

 

Estoy aquí, sentado,

al borde de la cama,

como un árbol erguido,

que tu cielo acaricia,

con la dura corteza

que con ramas se estira

estoy aquí esperando,

con las hojas abiertas

 

llenas de clorofila

dulce para tu boca

para que te alimentes

de savia de la vida,

tan llena de semillas,

que corren asustadas,

estoy aquí esperando

debut y despedida

 

porque entre mis pulmones

vapor de verde habita,

ese vapor divino,

que hace te que imagine,

que me deja alocado,

buscándote furtivo,

que me llena de hambre,

que me alegra la vida.

 

Estoy aquí, soñando

con sábanas y agua,
con la piel conectada
a todo lo infinito

con el cuerpo caliente,

el que nunca has sentido,

aparecen siluetas

que pueden ser las tuyas

 

Estoy aquí, extasiado,

a punto del delirio,

los ecos de tu voz

tan aguda me acechan,

esa voz que en su forma

natural aún no existe,

que solo al otro lado

del mar está presente.

 

Estoy aquí, mis manos,

buscan hundirse en montes,

adentrarse en tus curvas,

recorrer tus contornos,

estoy aquí, y tú

no estás aquí conmigo,

y es como si estuvieras

aquí, donde es preciso

 

donde habita la fuente,

el zumo tan brillante,

tan claro de mi esencia,

que nadando se esparce

mientras esa silueta

que invento me reclama

y sigo reventando

como la madrugada

 

llenándote brillante,

resplandece tu boca,

tu rostro, hasta tu lengua,

y tú, de luz henchida,

me miras con tus ojos,

tan profundos y oscuros,

tan llenos de deseo,

tan colmados de vida.

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