Mi niño es
el fruto del pecado
él, en su inocencia
no se lo imagina
pero muchos lo odian
sin conocerle
lo miran, con el rabo del ojo,
con cierto desprecio
y yo no puedo imaginar
cómo algo tan pequeño y hermoso
puede despertar esos sentimientos
siempre hay susurros, cuchicheos,
palabras en bajos volúmenes
y esas risas desagradables
de los que no saben nada
Yo lo miro, en su felicidad,
y sufro por lo que no sabe
hay quien lo llenara de palabras
que aparentaran dulzura,
mas yo sé que solo estaban llenas
de odio y rechazo
y ella, que no es como nadie,
que lo ama a pesar de cómo ha llegado
lo agarra, lo busca, lo trata como suyo
lo ama tanto como al propio
mi hijo, tiene 8 dientes,
mis ojos tristes, y mis rizos,
mi mejor error, mi hermoso tropiezo
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