No te conoczco,
y sin conocerte
te he dado la llave
de mis secretos
entraste como un duende
de puntillas, silencioso
y sin ceremonias,
dispuesto a escuchar
solo te había visto una vez
te escuché cantar de lejos
y tal vez llamó mi atención tu voz
y tu sonrisa
entraste preguntón,
sarcástico, vulnerable,
entraste payaso,
contradictorio y rebelde
y yo te abrí las puertas
de mi monotonía,
de mi vida cuadriculada
y programada
y te pedí consuelo,
confesión, cántico,
te pedí conversación
con versos
y me contaste de tu amor con la espiritista
de tus huesos rotos,
de letras de canciones en portugués,
y de paisajes inolvidables
y abrí tanto la caja de los secretos
que sin darme cuenta te di
mi corazón, sin saber exactamente
por qué lo hacía
No te conozco,
y sin pensarlo
te he dicho más sobre mi
que a los que se quedaron
y sabes más de mi
que los que me conocieron
y yo sé más de ti
que las que se fueron
y me aterra pensar
que en este juego
te quedes con la llave
y salga perdiendo
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