Un cosmoespacio, en la astropista, lleno de grafiti sideral.
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lunes, 29 de junio de 2009
ahora que me voy
te digo que no sé si extrañarte
o detestarte, que todo me cruza
y no distingo entre realidad y cosas descartables
que no soy una máquina
de complacer deseos
que también tengo los míos
ahora que me voy
te puedo decir que conozco tu cuerpo
como el patio de mi casa,
cada mancha de plátano y marca,
cada punto rojo y negro
que soy sólo un humano
que cuando me provocan
se me sale toda la ira que guardo
mientras parezco pasivo
ahora que me voy
es que me haces más falta,
que extraño hacerte el amor
y no olvido tu sofá
que tu sazón es maravilloso
aunque nunca te lo haya dicho,
que dormir contigo es incómodo,
pero imprescindible
ahora que me voy
no encuentro como hacer esta despedida
y las metáforas se mezclan con lo cotidiano
se siente como si hubiesen sido mil años,
sé más de ti de lo que conozco de mi,
y todavía me siento como
si me hubiesen arrancado un brazo
ahora que me voy te confieso
que nunca dije una mentira,
que si te dije un te amo
fue por que en mi vientre
el escuchar tu nombre
despertaba mariposas
ahora que me voy te digo
que no sé si amarte u olvidarte
pero me voy
domingo, 28 de junio de 2009
perguntas sem resposta
um "je ne sais pas"
em isso que somos nós
fica só um meu interesse,
teu interesse,
uma briga de dois que são iguais
e quém se nós pode entender
o que é que somos
se é que somos alguma coisa
e quém se nós pode saber
o que ocorreu, antes e hoje,
se ainda sentimos
deve saber alguém,
por que até parece
que nós não sabemos nada
mas se ainda procuro os teus olhos
deve ser por que neles
alguma vez vi amor
mas se ainda me ligas
deve ser por que procuras minha voz,
e ela te da paz, ou lembranças boas
às vezes penso e pergunto
onde fica aquele que fui,
e onde fica aquela menina que foi você
mas deve ser que somos outros,
meninos do sul da ilha,
e ainda ha algo ai que não sabemos
e me pergunto que nome tem
a paixão com a que me beijou,
se saiu voando para o sul
sábado, 27 de junio de 2009
fotos
viernes, 26 de junio de 2009
selva nocturna
lunes, 22 de junio de 2009
...
It's just a phase
jueves, 18 de junio de 2009
Más allá del infinito
I
Comenzó todo con un punto, ella. Como el punto geométrico, no tiene tamaño, ni dimensión. Es solo una idea imaginaria que describe el momento en que la conocí, en el que sus piernas llamaron mi atención y miré en su dirección buscando sus ojos, indicando su posición dentro del sistema. Un segundo punto, yo, puede ser utilizado para indicar una posición distinta en el sistema, pero en ese momento era yo tan indefinido como lo era ella. Creamos la primera dimensión estableciendo una conexión. Entonces todos aquellos que nos rodeaban dejaron de ser parte del sistema, y obedeciendo la dirección del tiempo nos convertimos en una serie de puntos infinitos que obedecen las leyes de la entropía. De pronto fuimos una línea entre un punto y otro, un objeto unidimensional que conectó sus ojos con los míos, sus piernas con mis manos, sus labios a mi.
II
La segunda dimensión fue una bifurcación, un brinco entre nuestros puntos y un tercero. En ese tiempo éramos solo planos, y veíamos las cosas de las dimensiones superiores como inalcanzables. Yo le explicaba que el amor era imposible, que sólo éramos cuerpos que se unen, que no estábamos diseñados para ser más por nuestra plana condición. Y entonces establecimos ese tercer punto al que llegamos una tarde, cuando todos nuestros puntos se confundieron en un sistema mayor y más complejo en el cual determinar que punto pertenecía a que sistema se hizo casi imposible.
III
En la tercera dimensión nos convertimos en cuerpos con profundidad, y sus formas que antes eran solo trazos de línea, se volvieron sólidos de revolución. Y sus senos que antes eran solo una colección de puntos y círculos vistos desde arriba se volvieron masas que pude sentir entre mis manos. Y sus nalgas que no eran más que cortes seccionales, se volvieron montes prestos a ser explorados. Y vivimos sin momentos, sin conocer el tiempo y su dirección.
IV
La cuarta dimensión incluyó el tiempo, y en ese momento complicamos las cosas, por que cuando introduces el tiempo en ésta ecuación en la que dos seres que se desean son partes, comienzas un experimento con múltiples posibilidades. Y el tiempo, que siempre fluye en una dirección y nunca cesa, comenzó a pasar por nuestros cuerpos antes planos, y nos vimos juntos en secciones, como las secciones de un celuloide que se divide en 30 por segundo. Y nuestras vidas, antes puntos separados, se juntaron, ahora puntos sobre una línea y luego figuras con alto, ancho y profundidad. Y comenzamos a entremezclar las manos y a pasar por el tiempo juntos, y el tiempo juntos se volvió indispensable y necesario. Nos vimos como una larga y ondulada serpiente, desde el nacimiento hasta aquél día de la primera dimensión, y comprendimos que era posible morir desfasados, o tal vez no continuar la jornada en esa dirección en el mismo plano, y por tanto decidimos seccionar el tiempo en deltas muy pequeños para disfrutar cada sección con la mayor de las pasiones.
V
Pero en la quinta dimensión no estamos al tanto de las cosas que suceden, es decir. Nos movemos en el tiempo y pensamos que vamos en una línea recta, cuando en realidad solo estamos dando vueltas y retorciéndonos en la quinta dimensión. Y cuando nos vemos en el origen de la jornada, nunca pudimos ver las vueltas que dimos, pues somos incapaces de percibir dichos cambios. Y la quinta dimensión complicó aún más nuestra percepción de lo que éramos juntos, por que se convirtió en una multitud de posibilidades a las que podíamos saltar en cualquier momento. En una yo era un joven inexperto que comenzaba su vida como un adulto y ella era una niña ignorante e inocente que me miraba con grandes ojos, de los que yo quedaba prendado y eventualmente la seducía hasta hacerla mi mujer, la que habría de darme hijos y verme morir una noche. En otra yo la conocía, pero no era más que otro punto más que compone el mar de personas que es como un universo en sí mismo. En otra la conocía, la dejaba ir, sólo para encontrarla años después, y tener un fugaz pero apasionado romance. En otra simplemente no nos cruzábamos. En otra éramos dos fantasmas hechos de ceros y unos que se encuentran el espacios que existen solo dentro de un ordenador que en si es un universo contenido, y esos dos se encuentran y pasan de lo discreto a lo continuo en un cuarto de hotel en el que se aman, se retratan y se desmiembran. Y esta infinidad de posibilidades complicó aún más lo que éramos cuando éramos una sola posibilidad, una sola línea de tiempo.
VI
Fue entonces cuando aquél que fui o soy quiso cambiar el tiempo, por que el resultado no era como él quería que fuese. Para esto decidió entrar en la sexta dimensión y buscar en su pasado el porqué. Pero se dio cuenta de que esa línea de tiempo que buscaba era muy difícil de alcanzar. Para llegar a ella, tenía dos opciones. De alguna manera tendría que ir hacia atrás en el tiempo, cambiar las condiciones iniciales que hicieran que no se cumpliera aquello que no él deseaba, y continuar en el tiempo en esa línea, a ver si el cambio en las condiciones iniciales haría un cambio en el resultado final. Pero si fuese capaz de doblar la quinta dimensión y hacerla tocar la sexta, sería capaz de ver el resultado final. Dicha teoría hizo compleja en su mente, y decidió darle una explicación sencilla, inventándose un dios y una serie de reglas inviolables que le prohibieron viajar en el tiempo y cambiar las condiciones, y por tanto ella permaneció inalcanzable en su línea de tiempo. Si sólo se hubiese atrevido a dar el paso en aquél momento, decirle que le amaba, que todas las metáforas del mundo le llenaban los labios cuando pensaba en ella, tal vez las condiciones iniciales del sistema fueran distintas, y ella sería entonces el motivo para levantarse a hacer el amor a las cuatro de la mañana todos los días.
VII
La séptima dimensión habla del infinito, pero de solo uno de los infinitos. El universo como lo conocemos tiene un comienzo, y habrá de tener un final. Quiere decir que estuvo regido por unas condiciones iniciales, se desarrolló y fue evolucionando, y nos encontramos en una sección discreta de esa línea de tiempo, hasta que decida morir por alguna razón. Esta línea es la cuarta dimensión, en la que viajamos en una dirección a través del tiempo. La séptima recoge todos los posibles comienzos, desde el comienzo, y todos los posibles finales, y los resume en un solo punto, que llamamos infinito. En éste punto fuimos capaces de vivir todo cuando deseábamos vivir. Ser una pareja de amantes, ser una pareja consensual sin hijos, ser una pareja casada sin hijos, una pareja casada y con hijos, ser amigos que se juntan, ser compañeros inseparables. Y lo vivimos todo a la misma vez, dentro del mismo tiempo, por que de nuevo el tiempo desapareció y formó parte de un solo punto en el que estábamos ella, yo y todo lo que nos rodea. En un punto se contuvieron todas las posibilidades.
VIII
Pero un punto en la séptima dimensión es solo una parte de la historia, por que como un punto solo indica localización, tiene que existir más de uno para que pueda haber una conexión entre dos y constituir una línea. ¿Pero como puede haber algo más allá de lo infinito? Fue entonces cuando tuve la gnosis, y supe que no era sólo mi historia y su historia y todas las posibles historias, nuestras y las de otros, contenidas en un solo punto, si no que ambos éramos universos paralelos sobre la séptima dimensión. Ella existía de acuerdo a una serie de condiciones iniciales que generaron su Big Bang y le dieron comienzo a las líneas de tiempo que la llevan del principio a su fin, al igual que yo. Coexistimos en este plano y buscamos conectarnos. Por lo tanto, ese primer intento casual en la localidad se convirtió en una serie de infinitos, que desde diferentes puntos de vista son, de nuevo, una conexión en la globalidad. Ella un universo, toda una serie de infinitos contenidos en un punto. Nosotros, una continuidad de infinitos conectando dos puntos, o sea, una línea entre su universo y el mío. Y por más imposible que pueda sonar esto, si fuera posible que yo, un universo, buscándole tomase otro camino, seríamos un sendero bifurcado, en la octava dimensión.
IX
Pero, ¿será posible que todo sea un ciclo? ¿qué esté condenado a tratar de conectarme a ella y que solo sea una posibilidad dentro de infinitas posibilidades de conseguir lo infinito? Si yo, un universo que le busca, que le inventa y que navega en el tiempo para encontrarla, tomase otro camino distinto al que estoy llevando para tratar de chocar con ella, ¿llegaré a su punto?, ¿llegaré a otro? ¿Y si equivoco la ruta, podría viajar hacia atrás en el tiempo y cambiar las condiciones iniciales?
X
Tú y yo somos dos universos que existimos en un espacio que no tiene forma. Navegamos por ese tiempo sin darnos cuenta de lo que somos, hasta que de momento tenemos la gnosis y sabemos, que somos dos universos, pero en realidad queremos ser un solo universo. Y nos damos cuenta de pronto de que en realidad somos un solo punto, un punto que contiene todas las posibles bifurcaciones de todas las líneas de tiempo posibles de todos los universos infinitos posibles. Y me hace sentido que seamos solo un punto sobre un plano y no una línea, por que al imaginarse todo lo posible, en todos los universos, tiempos e infinitos, sólo me queda pensar que somos uno, en tiempo, sin tiempo y a veces a destiempo.
miércoles, 17 de junio de 2009
nombre ciudad
Por la mañana,
niña traviesa,
te despertaba
con tiernos golpes
sobre tu piel
que mi cuerpo daba
Entre tu boca
sabor a fresas
se descubría,
y por tu espalda
con mis dos dedos
camino abría
Y tú en tu sueño
de vino tinto
y culpas roncabas,
y entre mis manos
monte de Venus
que se escapaba
Nombre ciudad
tu blanco rostro
sigo buscando
mujer de mármol
aún mi cuerpo
te anda anhelando
Aquella noche
fijo mirabas
y me besaste
ojos cerrados
manos creadoras
dulce contraste
En una cuerda
encontré las letras
que dan tu nombre
y en otra cuerda
encontré el misterio
que siempre escondes
Y entre mis manos
tu piel de seda
se deshacía
y de momento
rompió el silencio
tu melodía
Nombre ciudad
tu blanco rostro
sigo buscando
mujer de mármol
aún mi cuerpo
te anda anhelando
Poema de deseo de una mujer
Eres malo para mi salud
por que no puedo controlar mis acciones
por que las ganas de besarte cuando cantas
van más allá de lo que puedo controlar
por que mis brazos quieren perderse en tu piel
y que me cuentes historias de otras tierras
por que mi piel se eriza con tu presencia
y presiente tu paso de hormiga sobre ella
me haces daño
por que no puedo controlar los deseos
de sentirte dentro, de que me toques,
de que me arranques gemidos del pecho
Por que mis senos reclaman tus labios
por que mi vientre espera tus caricias
por que mi espalda y pecas quieren que las cuentes
por que me excitas y me descontrolas
por que se me humedecen hasta los labios,
por que me olvido de mis compromisos
y caigo en la trampa de tu voz y tus labios
sin que la hayas tendido
eres malo para mi salud
pero cuando me llames
te diré que si,
y me sacarás de mi monótono viernes
lunes, 15 de junio de 2009
olor
Tuve que sacar la mano por la ventana del carro y conducir con una mano las restantes dos horas de camino, por que el olor no me dejaba respirar. Aún con la mano seca sentía ese fuerte olor, una mezcla del olor de los Doritos con olor a sexo entre mis dedos medio y anular. En la boca sentía un fuerte y vivo sabor a mariposas.
Y es que esa tarde, sobre la hierba, la encontré. Llovía, con mucho sol, y yo buscaba refugio en un árbol. Allí estaba, maquillada y disfrazada de suelo, la diosa del engaño. No era que su piel fuera de musgo y toda ella humedad, ni que sus ojos tuvieran el color del suelo mojado por el rocío, ni que las mariposas le cubrieran el vientre, era que al verla no hubo tiempo y pararon las gotas. De pronto me vi rodeado de ruidos de tambor como los que se le dedican a los santos, y ella danzó como si otro dios furioso le poseyera el cuerpo. Me rodeó, húmeda y vegetal, verde y sudorosa. Me arrojó al suelo y se tumbó a mi lado, y dirigió mi mano izquierda sobre todo el musgo que le cubría la piel. Sus ojos gigantes me atravesaban el cuerpo que temblaba de sorpresa. Me hizo comerme una mariposa. Jamás imaginé que las mariposas saben a algodón de azúcar, a nube de lluvia. Comulgué de las mariposas de su cuerpo y de su humedad de musgo y suelo, y cesaron los tambores y volvieron a caer las gotas, fuertemente. De pronto en mis dedos sentí la espesa savia de un árbol, dorada y pegajosa. Fue entonces cuando desapareció, dejándome estas cicatrices, la mano y su olor, y las mariposas en la boca.
Me lavé las manos varias veces. Jabones diversos, lejía, cloro, creolina, aceites, todo, y el olor persistía. Ya no podía soportarlo, y de momento me pasó por la cabeza cortarme los dedos. Con un cuchillo afilado y sin pensar me piqué ambos dedos. Sólo me dio tiempo para abrir un hueco en la tierra del patio y enterrarlos muy profundo. El resto es borroso, dicen que me encontraron dentro de la casa, en un charco de sangre y casi muerto. Al no encontrar los dedos, me quedó la mano lista para un concierto de rock.
Sólo hasta hoy me doy cuenta de los árboles, y de su fuerte olor. Escucho tambores, se acerca una tormenta.
no title
sábado, 13 de junio de 2009
Pelos
La busqué en su casa, estaba lloviendo. Me cansé de esperar, así que salí del carro con el paraguas, a esperarla bajo la lluvia. No fue hasta que me llamó que me di cuenta de que vivía casi un bloque más abajo.
Desde que se montó en el auto hubo esta cierta hostilidad casi sexual, en la que ella me culpaba de ciertos males del universo, yo le comentaba de cómo me gustaban sus piernas de leche, y desviaba automóviles como un demente. Luego de casi provocar un accidente, ella se mareó y casi no pudo bajar del auto.
No tiene los ojos verdes, pero son de esos ojos que te roban el espíritu, como decían los nativos norteamericanos para que no les hicieran un Daguerre. De momento sientes que algo te atrae, como si fueses el negativo de su polo, y cada vez se hace más fuerte hasta que te besa, y de dice que no hay más allá de ese beso. Luego te pide el vaso de vino, que la música sea lounge o eurotrance o algo para hacer fondo. Luego te pide que bajes la música y le cantes una canción
Y de momento, sin darte cuenta, te está besando, con un beso de esos casi vampiresco, y te toca. Yo quise controlar, pero es como tener dos toros en el mismo cepo que se detestan, y disputamos el control del desenfreno. Ella me besaba y buscaba con sus manos mi espalda, y yo le contestaba y trataba de con mis dos manos cubrir cada resquicio de su cuero estrellado.
No sé como sucedió, pero de pronto la tuve entre mis brazos desnuda, y juré que se deshizo entre mis manos. Sentí su pelo entre los dedos, sus senos entre mis labios, la humedad de su sexo que aún palpita. Y de pronto escuché de ella gemidos que jamás pronunció aquella vez. Yo invertí cien hojas de papel en su despedida cuando aún se utilizaban esas tecnologías absurdas de las cuales ella es defensora. Descubrí que era soprano, que su figura no la soñó un pintor, que sus senos son tan blandos como una nube de aguacero en mayo. Pensé ver sus pecas sobre la sábana, que se caían una tras otra, y casi las sentí entre mis dedos, manchando mi universo, mi rostro, mi pasado.
Pero solo hallé dos pelos rojos en la cama, después de que la regresé a su casa y le hablé del jamás.
jueves, 11 de junio de 2009
ateo
En octavo grado nos llevaron un relicario con la carne de San Juan Bosco. Allí nos hablaron a todos sobre quien fue, y nadie escuchó. Observábamos perplejos el relicario, que tenía un pedazo grueso, pequeño y gris de la carne del santo, que por alguna razón teníamos que venerar. Yo me quedé asombrado; ¿qué debía hacer, qué implicaba? ¿Será que se lo comieron y las sobras las pusieron en relicarios?
Nunca pude comprender eso del catolicismo: un dios que es uno pero es tres, y a su vez convive con criaturas aladas que visten túnicas y que son todas rubias y de ojos azules. Su Némesis es precisamente uno de ellos, el más hermoso, el más rebelde de todos. Siempre me sedujo esa figura, tan llena de rebeldía, contracorriente, reto y libertad.
Además, ¿quién entiende los santos? Son humanos “que por sus obras” tienen una categoría distinta a los demás, o sea, hay clases sociales privilegiadas en el catolicismo. Arriba está el dios, el dictador, que a su vez está dividido en el Padre, que es el que siempre ha estado ahí, pero ha caído fuera de la corriente de la moda, el Hijo, que es el moderno y llama la atención, y el Espíritu Santo, que nadie sabe lo que hace o deja de hacer, pero está ahí y le gusta disfrazarse de paloma. En medio están los ángeles, arcángeles, santos y otras hierbas, que vienen siendo los burócratas del partido comunista, o senadores, entre otros, luego de eso están los demás. Los santos son particularmente interesantes. Son humanos semidioses, que pueden ser venerados, pero no adorados (con excepción de la madre del Hijo). Estos superhumanos se caracterizan por cosas que parecen ser fuera de lo común, pero son obviamente provocadas. Sangrar “por las heridas del Cristo”, hacer milagros, curar enfermos.
Una tarde, como a los doce años, corrió el rumor de que en Cuyón había aparecido la Virgen María en el patio de una casa. Concurrió con uno de mis momentos más difíciles, la adolescencia, las dudas, la búsqueda. Antes de eso había ido a un retiro católico, en donde en mi fila todo el mundo “cayó en descanso”, menos yo (claro). Conforme me fui dando cuenta, lo que allí ocurría era una manipulación de masas, en donde te repetían una serie de idioteces para que te arrepintieras de tus pecados, y la gente se sentía tan y tan culpable, que caían desmayados. Fuimos a ver a la supuesta virgen. Cuando llegué a la casa, había tal vez unas 130 personas en ella, dentro y fuera. Salí al patio buscando una virgen, me encontré muchas desvirgadas y una palma que decían que tenía la figura de la virgen. Yo sólo vi una palma.
Además, he conocido tanto hijodeputa que es creyente… Algunos de los hombres más abusadores, sucios, viles, maltratantes, bandoleros y engañadores que he conocido son religiosos. Llegan a la iglesia, se confiesan y ya están listos para seguir ejerciendo la función que le tocaría ejercer al demonio.
Un hombre hace poco trató de convencerme de la existencia de su dios. Estabamos en un bar, y un pariente mío mencionó que era ateo (cosa rara en esta isla católica), entonces el hombre fue a parar a mi lado, para explicarme como había sido un ladrón, hijodeputa, sinvergüenza, y otros adjetivos no muy amables. Cuenta que un día de excesos miro al techo y dijo "si existes, dios, levántame de aquí por que no puedo". Dice que se levantó y jamás volvió a ser el mismo. Me parece gracioso que mucha gente quiera justificar la existencia de algo en base a experiencia personal. ¿por qué no explican otras cosas a base de eso? Ser malo e hijo de puta no es igual a ser ateo. El tipo era malo, no era ateo.
Ella es creyente. Me ha destruido. Con engaños me hizo creer que era posible, con su seducción y sexo me atrapó en su red. Obtuvo de mí lo que quería, el apoyo, las cenas, las salidas y escapes, los consejos, el estar ahí para sus hijos en las graduaciones, cumpleaños, el defenderla contra su exmarido, el complacerla en cuanta cosa, el hacerle el amor como nadie, todo. Ella me consumió como consume un hoyo negro a una estrella. Deshizo mi cuerpo en átomos, y esos átomos en partículas sub-atómicas, hasta llegar a las cuerdas que vibran a una frecuencia que solo conoce el orden. Ella primero le dio gracias a su dios por mi existencia, y ahora acaba de golpe con todo lo que fui.
Por eso hoy más que nunca, Gracias a Dios, soy ateo.
abismo
martes, 9 de junio de 2009
repartición de bienes
vacuum cleaner, los cubiertos
quédate con la vajilla,
con los libros y el nintendo
en las luces los tecatos
venderán hasta mi ropa
y me quedaré sin prendas
antes que me largue a europa
véndeme las herramientas,
la lancha, el televisor
yo me quedo con el perro
la sortija, y el vibrador
(la sortija yo la empeño
para empatar la pelea
me mudaré con mis padres
aunque mi madre no quiera.
el vibrador me lo quedo
no por que lo vaya a usar
mas por no darte el placer
de poderte masturbar)
De lo continuo a lo discreto
No puedo decir que intercambiamos palabras, por que es más correcto decir que digitalizamos deseos. Ella me contó sus perversiones, me transmitió imágenes de su cuerpo desnudo y perfecto. Yo le conté como se las quería satisfacer, y comenzamos la danza mística de los ceros y unos que se bifurcan en senderos programables. En la lengua de los internautas intercambiamos nuestras soledades y pasiones, y nuestros cuentos.
Yo no sé que nos hizo brincar a la realidad, pienso que allí está la base del sufrimiento. Acordamos encontrarnos en un restaurante, desayunamos, intercambiamos miradas de deseo. No se pronunciaron muchas palabras, por que no estábamos acostumbrados a hablar con nuestra garganta. Todo cuanto sabíamos había sido teclado, transmitido con nuestras manos, y el cuarto de hotel lleno de espejos supo que todo lo que habríamos de hacer era hablarnos con esas mismas manos. Su cuerpo se lleno de mis huellas digitales, del continuo patrón de surcos único en cada uno de mis dígitos. Mi sexo se llenó de su cuerpo y sus fluidos, caudal analógico de gemidos y gestos, esta vez reales y no ensayados.
Y volvimos a saltar de lo continuo a lo discreto, cuando con la cámara del computador grabamos nuestra danza, y de lo discreto a lo indiscreto cuando la vimos para continuar el ritual. Fueron muchas las noches en las que me provocaba en línea y terminaba en su cama, vigilando su sueño.
Todo terminó como terminan los horrores, pero esta vez ya no era una serie de pulsos, si no una colección de memorias, latidos, olores, sabores y vibraciones. No pude fingir el llanto con una serie de signos del alfabeto que semejan caras, por que los símbolos que estaban en mi rostro eran evidentes. La perseguí buscando explicación, buscando sentido a toda esta mezcla de medios de incomunicación, pero fue en vano. Fue el mismo día en que nací que decidí que no habría más excusas para continuar en el mundo de lo continuo, y decidí armar una colección detallada de mi vida en lo discreto, para que el mundo supiera de lo que fui capaz. Ahora estoy aquí, dispuesto a desconectarme de lo real. ¿Será que soy un sueño digital de un sistema artificial? No creo en las reencarnaciones, y no pretendo saber. Sólo sé que este error, esta secuencia de números que no es como debe ser terminará hoy, y sólo quedará un archivo que resume mi estadía por la vida. Un archivo, perdido en la infinidad de las cadenas de ceros y unos, como una sola estrella en el infinito universo.
lunes, 8 de junio de 2009
sin título
conocer su historia de principio a fin
saber sus pensamientos, sus anhelos más profundos,
sus decepciones y temores
comprenderla
pero ella se cierra como una planta carnívora
Tell me lies, tell me sweet little lies
la protagonista de tus sueños
tus cuentos, y todas tus historias
ser tu niña, tu princesa, tu diosa, tu bruja,
y hasta tu payasa
y si me alejo, vivir en tus recuerdos por siempre
ends here
ya no sé en donde estoy parado
ni nortes, ni sures
es algo que no tiene explicación
y no sé si es saludable buscarla
por que todo tiene un límite
lo que me apena
es haberme sentido imprescindible
cuando en realidad fui
sólo uno más
descartable, inútil,
una pérdida de tiempo
mutan mis células en mi cuerpo
y aclamo, como Fukuyama
el Fin de la historia
a tí se te pasará,
pero yo lloraré
lloverá y seguiré esperando
domingo, 7 de junio de 2009
la ciudad
portal a las estrellas y cometas
pasado de sonrisas que me llama
y un juego de presente que me inquieta
ciudad mujer del sur y del oeste
tu blanca piel inédita y ajena
contrasta con la mía tan agreste
de misterios curiosos de la arena
tu exilio prolongado de mi vera
hace que un algortimo matemático
busque entre los recuerdos la primera
vez que entre tus ojos enigmáticos
me viera reflejado y me robaras
mi ánima de cardos y semilla
y que en mi cuerpo amorfo provocaras
deseo de ser el molde de tu arcilla
ciudad lejana busco tus secretos
y la etimología de tu nombre
te vuelves verso, letra y alfabeto
eva de luna, costilla de algún hombre
sábado, 6 de junio de 2009
El poeta y la ciudad
Tal vez no sea Borges, ni Neruda, pero tiene el don de alimentarse de las almas de los que le leen. Dice que su abuela nunca le leyó las cartas, por miedo a que se cumpliera una cierta profecía que nunca quiso mencionar. Él tiene el nombre de las piedras del un río en el que bautizara un profeta, y en su tierra ser mago es cotidiano y normal. Le encanta enumerar las cosas; se esmera por contar los lunares de mi cuerpo y clasificarlos como si fuera un dermatólogo, lleva una colección de hojas de árboles que le ha ido recogiendo su hijo desde los dos años, y vive obsesionado con la música antigua. Cuando no encuentra palabras que describan lo que piensa, las inventa. Cuando las cosas no tienen nombre, las nombra.
Yo llegué a la ciudad pensando que habría de consumirme como a tantos otros. Antes rodeada de montes, ríos y nubes, y ahora solo de cemento, gris y soledades. Somos dos millones de habitantes, 717,945 viviendas, y de constitución racial de 49,27% caucásicos, 25,31% afroamericanos, 0.44% indios americanos, 5,31% asiáticos, 0,06% isleños del Pacífico, 16.46% otras etnicidades, 3.15% doble etnicidad. Yo soy una anomalía entre las minorías, y solo me faltaría ser judía y homosexual para ser única. No descubrí que era un portal al espacio hasta que él abrío ante mi la caja de pandora de las galaxias, y me enseñó la ruta del cosmos.
Y fui su cosmonauta por una noche, en la que recorrí su obra verso a verso. Pasamos Alfa Centauro y me cantó sobre las niñas que duermen en otros brazos y las madres que las esperan llorando, de su vida con la espiritista, de sus viajes a suramérica. Una noche ebria de sueño y cerveza me dijo que me había escrito un haikú y lo había escondido. Le pedí, llorosa y enamorada que me ayudara a buscarlo, que me despertara de este encierro de ciudad, que me diera un nuevo nombre, pero hubo silencio.
Fue solo unos días después que me miré las manos, y vi ese poema breve escrito en ellas.
jueves, 4 de junio de 2009
Décimas Cibernéticas
de recintos cibernéticos
entre mil discos magnéticos
te encontré en la telaraña:
mundo que mi madre engaña
con todo colorido.
Te busco entre el estallido
de valiosa información
y te entrego el corazón
sin conocer tu apellido
Avanzo así velozmente
montado en mi "buscador"
cruzo de un ordenador
a otro sigilosamente.
Entiendo perfectamente
los dialectos cibernéticos
y cruzo espacios sintéticos
hechos de silicio y plástico
que dan un mundo fantástico
lleno de locos frenéticos