y de momento calma...
no escucho tu voz
abatiendo los árboles,
ni tu risa que llueve sobre lo mojado
te grito desafiante,
te cuestiono los árboles caídos,
la fuerza con la que embistes,
el agua y la fuerza de la corriente
con la que inundas mi pecho...
y de pronto regresas con la misma intensidad,
y en la dirección contraria...
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