Eras lo ancho del sonido,
lo profundo de sus ondas,
ese gran espacio entre medio
todas las lentas vibraciones
el ruido del aire acondicionado a la derecha.
el ruido de la lluvia contra la ventana a la izquierda
eras la luz, el fuego,
sobre el monte, devorando,
en el horizonte
eras mi profundo respiro,
de los que llena pulmones,
y sientes lentos los latidos
eras la falta de luz,
las luces a lo lejos,
y las bocinas
eras la onda portadora,
lo sensible de cada nervio,
el balance,
eras profunda relajación,
voz grave de mujer
llena de melodías,
y yo, un computador
receptor de cada pulso,
me concentro en el silencio
eras una niña como yo,
sentada sobre una ola
trigueña sobre el futuro
y soy hoy el espejo en el que te cuestionas
el pasado, y el presente,
en un futuro nublado
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