las mañanas siempre fueron
lo esencial,
esa primera palabra,
el timbre de una voz
tan necesaria
los dolores, la morriña,
las greñas, la pesadez
luchar contra el caparazón
que se creó
como respuesta a otros compases
yo siempre al lado izquierdo
queriendo calor,
y en el lado contrario estaba envuelta, resistiendo,
cargando un peso debajo de la almohada
las mañanas me dejan desorientado;
busco un cuerpo voluptuoso
y blando que no está
busco sentirle,
pero solo siento el frío
sobre la cama vacía;
ya ni siquiera su silueta queda
llego a la cocina
y preparo 5, 6 huevos
para mi, y todo sobra
hablo con las voces
que se contradicen
y luego me despierto en la sala
chocándome de frente con la realidad,
y comienzo el día
No hay comentarios.:
Publicar un comentario