Pronto llegará
el día
en que dejaré
de ser
tu confesor
Acabarán
nuestros
juegos de
palabras,
porque se nos
fue la mano
Se acerca ese
momento
en el que se
agotan las preguntas
pronto
escuchar suposiciones
te sabrá a lo mismo
te sabrá a lo mismo
Y yo, que no
soy mago,
empezaré a conjurar los vientos
empezaré a conjurar los vientos
de la sangre
de nuestros recuerdos
confeccionaré
una tinta,
y me robaré
una pluma de tus alas
y llenaré los
vientos
de sortilegios
y palabras en
Latín
que me
devuelvan tu cintura,
para volverme
a ver en tus ojos
Ya dentro de
poco
no seré el
sacerdote
que transubstancia
tu pan y vino
tu pan y vino
ya no seré el
conductor
de tus ritos,
despojo de tus
pecados
y pronto con
rebeldía
te volverás
omnipresente,
te elevarás
más alto
que Remedios
la Bella
y en tu acenso
observaré
silente, pues
juré
nunca
nombrarte
desde la
tierra
como castigo
de la Titanomaquia
observaré tu
vuelo
y escribiré en
el aire
todas las
ecuaciones
que lo
describen
y cuando por
fin consiga
descifrar a
donde vas,
regresará el
águila
a recibir su
eucaristía
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