sobre esa superficie
hay algo que no soy yo
sobre esos pedazos
de cristal roto
está el reflejo,
el fantasma
hay muchos significantes
que no le pertenecen a nadie,
libres, de boca en boca,
pero pocos significados
en este espacio
hay una locura
que no es solo el producto
de la razón
es un ejercicio lógico,
una complicada construcción
del delirio
hay un yo, un otro,
una imagen del otro,
siempre presente al margen del deseo
una representación de lo que falta
un algo que simboliza lo imposible,
lo que nunca llegaré a comprender,
por eso sé que ese algo
que se parece a mi
no soy yo
y pienso si será el otro,
el que insiste en que sitúe mi cuerpo
en este sistema que me dicta
que hacer, y cuándo
y es entonces cuando entiendo
que no puedo ver reflejada mi mirada,
que mi voz es lo que no oigo
siguen flotado palabras
de tu boca a la mía,
amor, olvido, falta, sonrisas,
silencio, madera y espera
ninguna me pertenece,
y todas están vacías,
faltas de significado
y perdido así
me aferro al fantasma,
ese residuo que promete
darme alguna identidad,
la que la palabra
no puede darme
Un cosmoespacio, en la astropista, lleno de grafiti sideral.
Copyright (c) Pedro J. Rivera Torres.
Todos los derechos reservados/All rights reserved, 2021.
www.pedrojuanrivera.com
viernes, 23 de enero de 2015
miércoles, 7 de enero de 2015
cambios
"Cambia lo superficial,
cambia también lo profundo
cambia el modo de pensar
cambia todo en este mundo"
Julio Numhauser, músico chileno
de pronto me desperté un día
y la mujer que eras desapareció;
agarró todo lo que la hacía hermosa
y se fue
y desde entonces mis manos y sonrisa
sintieron el tiempo pasar por ellas,
la sal, el viento, el trabajo y los errores
las hicieron más hermosas
después fue mi voz, que cuando cantaba
era muy joven y solo repetía notas
y silencios de otros
aprendió con los años a hallar su causa,
a jugar con los significantes y significados
a cantar, razonando
y ya Sabina no me supo a lo mismo
y no volví a ver las rosas secas con el mismo significado
hay libros que ya no me interesa leerlos
porque crecí más allá de su mensaje,
y renuncié a los dioses, a los deseos sin sabor
ya me parece tonto Juan Salvador Gaviota,
y cambié a Ortega y Gasset
por Lenin, Mariátegui y Leontyev
ya mi casa no tiene techo de madera y zinc
lo cambié por uno que resiste tempestades
ya no tengo las mismas obsesiones y adicciones,
las cambié por otras que me dan más satisfacción
ahora me dedico a leer del socialismo
y a jugar con la ciencia y la probabilidad
ya no espero a la hija,
la dejé morir, y me hizo libre
ahora mi guitarra, cuando suena sus cuerdas
devuelve crítica, sarcasmo,
y habla del amor, sin ingenuidades
ya le perdí el miedo al fracaso
porque estuve en el suelo tantas veces
que sé que de ahí no voy a pasar
Así que cambia y olvida;
no queda nada aquí por destruir
cambia también lo profundo
cambia el modo de pensar
cambia todo en este mundo"
Julio Numhauser, músico chileno
de pronto me desperté un día
y la mujer que eras desapareció;
agarró todo lo que la hacía hermosa
y se fue
y desde entonces mis manos y sonrisa
sintieron el tiempo pasar por ellas,
la sal, el viento, el trabajo y los errores
las hicieron más hermosas
después fue mi voz, que cuando cantaba
era muy joven y solo repetía notas
y silencios de otros
aprendió con los años a hallar su causa,
a jugar con los significantes y significados
a cantar, razonando
y ya Sabina no me supo a lo mismo
y no volví a ver las rosas secas con el mismo significado
hay libros que ya no me interesa leerlos
porque crecí más allá de su mensaje,
y renuncié a los dioses, a los deseos sin sabor
ya me parece tonto Juan Salvador Gaviota,
y cambié a Ortega y Gasset
por Lenin, Mariátegui y Leontyev
ya mi casa no tiene techo de madera y zinc
lo cambié por uno que resiste tempestades
ya no tengo las mismas obsesiones y adicciones,
las cambié por otras que me dan más satisfacción
ahora me dedico a leer del socialismo
y a jugar con la ciencia y la probabilidad
ya no espero a la hija,
la dejé morir, y me hizo libre
ahora mi guitarra, cuando suena sus cuerdas
devuelve crítica, sarcasmo,
y habla del amor, sin ingenuidades
ya le perdí el miedo al fracaso
porque estuve en el suelo tantas veces
que sé que de ahí no voy a pasar
Así que cambia y olvida;
no queda nada aquí por destruir
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