jueves, 7 de marzo de 2013

intruso

Yo no tengo derecho
a irrumpir en tu vida

soy un intruso
y nada más

Un polizón que se mete
entre tus pechos olorosos

que te critica las palabras,
la forma en que te conduces

Yo no tengo derecho
a darte recomendaciones

yo mismo a veces no soy capaz
de hacer lo correcto

y no es que quiera cambiarte
o que sea diferente

porque estoy consciente de que no puedo
hacerte una marioneta

yo solo soy una piedra en el río,
un puente de madera

una vela en el viento
para llegar más lejos

y no puedo influenciar
tu pensamiento aunque quisiera

solo puedo ser un intruso
alguien que no debió regresar

un punto que a lo lejos
canta y sonríe,

distante, como el pasado,
como cosa de otro siglo

de cuando eras otra niña
de cuando experimentábamos

un comemierda más
de los que cruzan por las calles

pero este presente pesado y difícil
me atrae inexplicable

y aunque quiero la normalidad
no me normalizo

y no debo decirte que hacer,
cómo tratarme

sé que debo mantenerme a la sombra,
oculto entre tus deseos

y prometo ser invisible
y no tocarte

pero me vencen los deseos
y te tomo la mano

y aunque no tengo derecho
por mi condición de intruso

te halo la mano con dulzura
y camino.

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