domingo, 31 de agosto de 2008

solo la muerte

abrirme las venas, sentir la sangre caliente y lenta,
desangrarme despacio, el mareo y la pesadez,
el rojo abrazo de la sangre brillante y caliente

despellejarme, con un puñal fino,
remover cada centímetro de la piel,
todas y cada una de sus capas

arrancarme los ojos que miraron los tuyos,
que te vieron los pechos, que examinaron tu piel
arrojarlos en el monte y quedarme a oscuras

destrozarme el tímpano, tirar de las orejas
hasta que el cartílago se desprenda,
para jamás escuchar un sonido

con las manos arrancarme las cuerdas vocales,
por que no quiero entonar otra canción
que no sea la del olvido

romperme cada hueso de las manos,
martillar, destruir cada articulación,
y no tener que acariciar una sola cuerda jamás

más que nada poner las puntas en ácido
para quemarme las huellas digitales,
para no sentir tu cuerpo entre mis manos

cada glándula que produce sudor,
reemplazarlas por bolsas con agua,
algo sin olor ni color

apretarme el cuello fuertemente
hasta perder el aliento,
hasta el cansancio

tomar este corazón entre mis manos,
y de un apretón hacerlo detenerse
y hacer trizas sus ventrículos

para olvidarte, solo la muerte... y hoy la espero

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