sábado, 22 de noviembre de 2008

dormía

Yo dormía
el sueño de los no-creados
el de los que no somos
y tú luchabas,
y tú en la sierra,
camuflageado y visible,
presente y escondido

Yo dormía
un sueño de crisálida,
y dentro de esa pupa
estaba casi muerto
y tú en los montes,
en los de los continentes,
en los de las islas,
yo dormía y tú,
recorriendo la espina dorsal
de la América toda

yo dormía
el sueño de los ignorantes,
el de los que son peores
que los que tienen el corazón
negro de maldad,
yo dormía
y tú con un cantar
de sangre y plomo rítmicos,

Yo seguía durmiendo
el sueño de los que caminan
entre las masas como uno más,
el de los egoístas, mientras tú
llevabas pan a los sin rostro,
a los que no tienen voz,
mientras tú enseñabas, yo dormía

y una noche te descubrí,
y se rompió la crisálida del viejo hombre,
del que no tiene norte ni razón,
y vi tu estrella en un sueño profético,
sobre un negro cielo esa única estrella

y desperté

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