y de repente tengo la boca
cosida, y el hilo es tu nombre
que aprendí y no olvido
y de repente me miro las manos
y me doy cuenta que con ellas creo,
que son lo único en lo que tengo fé
y de repente solo hay una brisa,
se callan los grillos y los coquíes
y medito
y de pronto necesito un exorcismo,
una luz de una nave espacial
que me levante
y de momento llega un olor a café,
mi boca tiene trasuntos de un aliento
que no es el mío
y de momento tengo 19 años,
estoy en la sala de mi casa
y te abrazo
y de repente llega un ángel
y despierto y me doy cuenta
que alucino
y busco y no hay un poema,
y quiero que todos sean para mi,
que me digan cómo estás
y de repente me dan ganas de llamarte
pero me arrepiento,
y me quedo pensando
y es entonces cuando espero una llamada
que se que no vendrá,
por el maldito orgullo
y de repente me hallo solo,
el tiempo no para
te vuelves recuerdo
e intento recrearte
y de repente sueño
y amanece
No hay comentarios.:
Publicar un comentario